CCK- Sala Sinfónica, Buenos Aires
El álbum Ese amigo del alma representa no sólo uno de los puntos más altos en la fructífera carrera del polifacético Lito Vitale, sino también un punto de inflexión en la música popular argentina de las últimas cuatro décadas. Grabado en 1988, y con una resonancia que se prolongó durante varios años a través de un programa de televisión que el músico condujo con el mismo título –donde ayudó a difundir la obra de reconocidos artistas y nuevos talentos de muy variados estilos–, la influencia de Ese amigo del alma sobre la denominada música de “proyección folclórica” argentina –junto a sus trabajos con las distintas formaciones de su legendario trío– resulta indiscutible: su sonido impactó sobre muchos artistas de los años 80 y 90 y aún puede reconocerse en algunas formaciones actuales.
Al cumplirse 30 años de la edición de ese disco fundamental–y mientras el pianista está regresando en formato trío con su trabajo Sangre nueva, recientemente editado– Vitale tuvo la feliz idea de celebrarlo a lo grande, para beneplácito de sus muchos seguidores, con la recreación en directo de sus composiciones en la imponente Sala Sinfónica del Centro Cultural Kirchner. Para eso reconfiguró el formato original de cuarteto, llevándolo a un quinteto integrado esta vez por el baterista Martín González Puig, el bajista Juan Pablo Rufino, el guitarrista Mariano Delgado y el flautista y saxofonista Víctor Carrión. A ellos se agregó un condimento especial: el acompañamiento dela Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto, fundada por el compositor del mismo nombre en 1932 y actualmente dependiente de la Dirección Nacional de Gestión y Programación del Ministerio de Cultura de la Nación, que en esta oportunidad fue dirigida por Luis Gorelik.
El resultado fue una noche inolvidable, plena de musicalidad y de emociones que fueron creciendo a medida que los músicos desgranaban sobre el escenario algunos de los tracks del disco, entreverados con temas de otros trabajos del cuarteto, como La senda infinita y Viento sur, este último con la intervención de la exquisita cantante Liliana Vitale –hermana del músico–, que leyó el poema de María Elena Walsh que la propia poeta interpretó en la grabación original. Más adelante se fueron sumando otros invitados, como Rolando Goldman al charango o Marcelo Torres al bajo y Cristian Judurcha a la batería, los dos músicos que conformaban la base rítmica del cuarteto que grabó el disco, y siempre con Vitale parapetado detrás de una parafernalia de teclados, como en aquellos lejanos tiempos donde un casi niño prodigio llamado Héctor Facundo Vitale, pero al que ya todos conocían como Lito, integraba MIA (Músicos Independientes Asociados), el legendario colectivo artístico que fue pionero y referente de la autogestión a través de su sello independiente Ciclo 3.
La vida es un tango, Estar entre nosotros, Recuerdos en mi bemol, fueron avivando el fuego hasta llegar a lo más esperado de la noche: una contundente versión de Ese amigo del alma, el extenso tema que da nombre al disco, inspirado en la música de Lyle Mays, el compositor y pianista estadounidense del Pat Metheny Group que fue –según el propio Vitale– ese amigo del alma al que hace referencia el álbum.
La Orquesta Juan de Dios Filiberto sonó como si siempre hubiera estado en el disco, con toda naturalidad y complementando al grupo sin eclipsarlo. Un mérito sin duda de sus integrantes, pero también de los arreglos para cuerdas, metales y maderas que Vitale desarrolló junto a Javier Mareco. Un trabajo sobrio y mesurado que, afortunadamente, logró evitar la pomposidad y el engolamiento en el que suelen caer otras experiencias sinfónicas llevadas a cabo a partir de la música popular.
Más de 35 grabaciones en solitario y en distintos formatos; los inolvidables tríos conformados junto a Bernardo Baraj, Lucho González, Jorge Cumbo, el Mono Izarrualde y Víctor Carrión; músicas para ballet, películas, obras de teatro y grandes eventos; el excelente dúo que integró y aún integra con Juan Carlos Baglietto; colaboraciones con músicos de la talla de Ernesto Snajer, Daniel “Pipi” Piazzolla, el bandoneonista Dino Saluzzi, la banda de rock Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, o la mismísima Mercedes Sosa, entre muchos otros; decenas de premios como arreglista e instrumentista… sería imposible consignar aquí la trayectoria completa de un artista indiscutido en la historia de la música popular argentina como Lito Vitale. Pero con más de doscientas mil placas vendidas, triple disco de platino en la Argentina y un enorme suceso en otros países, Ese amigo del alma constituye sin dudas un hito fundamental en su carrera. El magnífico concierto en el CCK no hizo más que confirmar la vigencia de un álbum que ya forma parte de la banda musical de varias generaciones de argentinos.
Las celebraciones por los 30 años de Ese amigo del alma comenzaronel 7 de abril en el Teatro Vera de Corrientes –junto a la orquesta de esa provincia dirigida por Andrea Fusco– y continuarán con presentaciones en las ciudades de Mendoza, San Juan, Chaco, Neuquén, Mar del Plata, San Nicolás, Córdoba y Tucumán, hasta concluir el sábado 15 de diciembre junto al Monumento a la bandera de Rosario, junto a la orquesta sinfónica de esa ciudad.
Fotografías de Luciano Zaldarriaga
