“Nietos del campo, hijos del descampado”, el concierto de Ursaria en Madrid

08/03/2023 - Carlos Monje
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Ursaria - 5/03/2023
Sala Galileo Galilei, Madrid
"Habitantes de la ciudad sumergida: hemos venido a desenterrarla con la furia de una churrera de latón; a encender los farolillos de la verbena y conversar con sus muertos, para haceros a los vivos el amor. Con todos vosotros, Ursaria".
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Con estas palabras intensamente declamadas por Rocio Osuna, entre las notas de La Verbena de la Paloma, comenzaba el espectáculo con la promesa de provocar fuertes emociones, como quedó confirmado con creces durante la noche.

La sala Galileo Galilei de Madrid, ese sitio incómodo pero legendario, que guarda entre sus paredes e impregnadas en sus vetustas tapicerías las notas y voces de miles de músicos que han subido a su escenario, era el lugar más indicado para la catarsis que estaba a punto de suceder.

El local estaba abarrotado de amantes del folk y del folclore de todo pelaje: músicos y artistas, aficionados irredentos y otros recién llegados a la música de raíz, periodistas y locutores de las heroicas radios y revistas digitales de folk… Un fino observador comentó que, si se caía el techo de la Galileo, desaparecían todos los “folkis” de Madrid.

Y ya metidos en harina, lo primero que nos ofreció Ursaria fue esa hipnótica retahíla sobre los pueblos de Madrid titulada La Gandalla, en la que escuchamos la gaita serrana, único instrumento autóctono madrileño. La fiesta continuó con Barrio de Maravillas, genialidad que ensambla unas seguidillas corridas de Bustarviejo con el conocido quinto movimiento de la Musica notturna delle strade di Madrid, del que fue vecino de la Villa Luigi Boccherini.

Desde el escenario se lanzaron soflamas reivindicativas de un Madrid añorado -“amar el lugar en el que uno vive es mucho mejor que tener que soportarlo”- o la muy atinada apelación “a vosotros, nietos del campo, hijos del descampado”, con la que la mayoría nos identificamos de inmediato.

También para denunciar la sangrante gentrificación de nuestros barrios Ursaria interpretó Tirana del zarandillo, que lleva el subtítulo de Lavapiés no se vende y en la que fue invitada a cantar Laura Blanco.

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Si las canciones, arreglos e interpretaciones de Ursaria son excelentes, las presentaciones, en su mayoría a cargo de Ismael Clemente, y la teatralización de los interludios a cargo de todo el grupo no lo eran menos, conformando un espectáculo minuciosamente preparado y milimétricamente ensayado.

En la noche madrileña sonaron canciones recogidas en los cuatro puntos cardinales de Madrid por García Matos, por el propio grupo o por José Manuel Fraile. Y precisamente del repertorio de este último es ese canto de ronda titulado Los mandamientos del amor, en el que Ursaria invitó a subir al escenario a Los Hermanos Cubero para hermanar Guadalix de la Sierra con Kentucky.

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En otro momento álgido de la noche, Ursaria nos invitó a ponernos unas gafas anaglíficas, esas que tienen una lente de color rojo y otra azul, para que viéramos de otra forma la existencia, para que jugáramos e imagináramos las distintas realidades de ese “retablo de la lujuria” titulado El emperador de Roma, basado en un romance lascivo y desenfrenado recogido en el pueblo de Cenicientos.

No faltó de nada en esta cita: divertidísimas presentaciones, un castizo organillo, reivindicaciones de la musica madrileña tanto campesina como urbana (tan denostada esta última), invitaciones a la revolución, alegatos a “montar la mundial”, la aparición de la batucada Percuta CarneVaLe de Lavapiés -que literalmente “la montó”-, un teatrillo de sesión de espiritismo para traer a escena el espíritu de Federico Chueca y la adaptación de su Jota de las ratas, y hasta una guitarra hecha con una lata de munición republicana de la Guerra Civil.

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Llegando al final de la épica noche, con el público entregado, bailando, palmeando y cantando, llegaron los platos fuertes de su último trabajo, y es que toda esta zapatiesta era la presentación en público de Sexo, churros y espiritismo, el nuevo disco de los madrileños. Para el final se habían reservado perlas como la canción popular republicana de resistencia Puente de los franceses, o esa maravilla instrumental que es Abuela Isabel, compuesta por Dani Martín e interpretada con el acordeón por Choni Loaysa, la guitarra de lata de membrillo de Ismael Clemente (que suena como los ángeles) y la alboka del propio Martín.

La apoteosis llegó con el cuplé La machicha y la ya clásica Seguidillas de Barajas, de su primer disco. Y no se pidieron más bises, no porque no quisiéramos más música, sino porque músicos y público habían llegado exhaustos a esas alturas de la noche, tras alcanzar el éxtasis festivo, musical y revolucionario.

ursaria (6 de 7)Ursaria son: Ismael Clemente Ortega, Choni Loaysa y Daniel Martín, acompañados en esta ocasión por Francis García (bajo) y Sara González Diges (percusiones).
Artistas invitados: Laura Blanco (coros) y Los Hermanos Cubero (Guitarra, mandolina y voces).

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