En el Olympia – Pablo Guerrero

16/09/2012 - Ramon Moratalla
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En el olympia
Pablo Guerrero
Pablo Guerrero en el Olympia
Fonomusic 1975
Valoración: 5/5

El reloj daba la hora por costumbre y no pasaba nada, nunca nada
En 1975, este cantor extremeño que provenía del folk –Amapolas y Espigas, Junto al Guadiana-, logró la aspiración de todo gran poeta: hacer estallar las almas y las conciencias de una juventud desavisada que, en ese momento, pasaba por allí.
Era una época triste, chata, modorrienta, en una España de cripta. Un tiempo “solo y solo de nieblas” donde, gracias a la bomba de relojería en que raras veces se convierte la Poesía, el Cantor consiguió prender en esas almas el espíritu inefable de la Utopía. Creer en un momento en el que todo era posible… Hasta que aquel señor tan amable nos dijo: “Está prohibido que estén aquí sentados”.
Y eso que sólo eran un puñado de versos apenas acompañados por una guitarra y un contrabajo. Eso sí, unas palabras tan bellas “como cien televisores apagados”. Ya entonces.
Hoy que te amo, dejará de ser la libertad una palabra escrita en la pared
Era una instrumentación desnuda, ascética y minimalista de dos de los músicos más brillantes de este país: Miguel Angel Chastang y Nacho Sáenz de Tejada –Nuestro Pequeño Mundo-, la cual arropaba y multiplicaba el efecto detonador de un arma de doble filo: una voz pura y melancólica con unos giros increíbles de graves y agudos que pronto se convirtieron en seña de identidad del cantor de los sueños imposibles.
Los tonos graves, cuya influencia directa de Leonard Cohen se ha ido depurando con el paso de los años, nos inspiraban, en un portentoso juego de sinestesias, los aspectos más lúgubres de ese clima social y personal del que intentábamos salir.
Los tonos altos, con inflexiones evocadoras de las primeras joyas musicales del maestro Dylan, nos sugerían el camino de esperanza, el positivismo con que culmina la canción que cierra el concierto, el himno libertario por excelencia, la adaptación doblemente libre de A hard rain gonna fall y que tituló prácticamente igual: A cántaros.
Y que una lluvia fuerte, sin bioenzimas, claro, limpiará nuestra casa
Pocas canciones se convierten en símbolos. Es curioso que ambas retraten tan fielmente el espíritu de su época y de la juventud que intentaba cambiarla en sus respectivos países. Cuando esto se consigue, la Música cumple su función teogónica. Se opera el milagro.
Es un discurso triste, neorrealista y desnudo. Como las fotografías del gran Manuel Ferrol, retrata una época oscura. Pero al mismo tiempo es una música llena de esperanza en el ser humano, que nos descubre las claves “para huir de la muerte”. Un disco difícil, pero que a la segunda escucha se convierte en insustituible.
Que tenemos mil dedos o diez mil y que todos son como antorchas que a la noche amanecen
En estos otros tiempos oscuros, disfrazados de felicidad democrática, en los que nos despojan de cualquier isla de libertad, nuestra esperanza es seguir “buscando a la gente de mañana, la que tiene en sus manos las olas de la vida”.
Gracias Pablo.
 FICHA TÉCNICA
“Pablo Guerrero en el Olympia”. Fonomusic.1975.
Grabado el 2 de Marzo de 1975 en la sala Olympia de París.
-Pablo Guerrero: voz y guitarra.
-Ignacio Sáenz de Tejada: guitarra.
-Miguel Ángel Chastang: contrabajo.
Canciones
1. Busca a la gente de mañana. 2. Hoy que te amo. 3. Buscándonos. 4. Ecos de sociedad. 5. Planeó. 6. Extremadura. 7. Para huir de la muerte. 8. Pepe Rodríguez, el de la barba en flor. 9. Cantares de trilla. 10. Emigrante. 11. A cántaros.
 
 BREVE BIOGRAFÍA
-José Pablo Guerrero Cabanillas nace en 1946 en Esparragosa de Lares (Badajoz) y, como la mayoría, emigra a Madrid.
-Licenciado en Filología y Literatura Hispánica por la Complutense de Madrid.
-En 1972 graba su primer LP A cántaros, conectando con una generación que quiere acabar con la dictadura.
-El 2 de marzo de 1975 graba en París Pablo Guerrero en el Olympia, consagrándose como uno de los cantautores y poetas más influyentes.
-En 1976 y 1978 continúa su reivindicación de la Utopía en Porque amamos el fuego y A tapar la calle, homenaje al Mayo francés, con unos sorprendentes arreglos acústicos de Juan Alberto Arteche –Nuestro Pequeño Mundo-.
-Después de unos años de silencio desolador para sus seguidores vuelve en 1985 con un sonido renovado por los arreglos místicos y electrónicos de Suso Sáiz: Los momentos del agua, y El hombre que vendió el desierto (1988).
-La década de los 90 nos depara un poeta con una mayor introspección lírica plasmada en discos como: Toda la vida es ahora (1992), Alas, alas (1995) y Sueños sencillos (2000).
-En 1999 publica un disco-libro de poesía: “Los dioses hablan por boca de los vecinos”, donde evoca las sensaciones de su infancia y del paisaje de su pueblo natal.
-Plata, de 2005, con una voz áspera y despojada, casi recitada, nos acerca más que nunca a sus influencias más directas: Federico García Lorca y Leonard Cohen.
En febrero de 2009 se publica el álbum Luz de Tierra, que es un homenaje a quince poetas extremeños contemporáneos. Por primera vez en su carrera, Pablo compone sobre textos de otros poetas en un ejercicio de gran dificultad.
El mismo año, se le galardona con el Premio a Toda Una Vida de la XIII edición de los Premios de la Música celebrado en Badajoz.1
 

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