Diariofolk

Cuando se canta desde el espíritu, las notas musicales salen solas. Versos y melodías trascienden cualquier barrera hasta llegar al lugar del comienzo: el ser humano. Con ellas, se pintan paisajes que inevitablemente van más allá de lo visual. En el caso de Ima Galguén, que desde la isla de La Palma eleva su voz al mundo, surgen lugares nunca antes imaginados por aquellos que aún no han descubierto las Canarias. Lugares casi utópicos, pero reales.
Las palabras cobran sentido en un sinfín de espacios y sensaciones. En un resurgir hacia aquello que un día fuimos y un mirar hacia lo que hoy somos, Ima le canta a La Zarza y a sus grabados, y se pregunta quiénes fueron aquellos que allí estuvieron. Mientras el mar gime en Bujarén, su voz rompe contra las rocas, como lo hacen las olas a la luz de la luna, y recuerda, como si de un sueño se tratara, un bosque situado en Galguén, donde el tiempo traerá el olvido de algo que jamás existió, porque tan sólo vive en lo más profundo de su ser.
Ima, más que nostalgia y evocación, es puerta y llave a la vez que abre senderos hacia los más profundos sentimientos. Es un ave que al alba llora, canto delicado y sutil, que parece romperse, pero no apagarse. Es un regreso a las raíces del espíritu, y su música el camino hacia nosotros mismos.
Así nos lo muestra en su Regreso al espíritu, editado por primera vez bajo Estudios La Palma, en 1997. Con el poeta Ramón Araújo como coautor de todos los temas, a excepción de Silencio azul, este disco significó un soplo de aire fresco para la música independiente de finales de los años 90 y principios del nuevo milenio.

“…Donde el silencio es azul
y el norte es igual al sur.
Donde el aire es de cristal
y el tiempo es la soledad…”

Canto de fe, un tema con una cuidada instrumentación, despierta los sentidos a un álbum compuesto por 14 canciones. Le sigue Galguén, que fue incluido en diversos recopilatorios como Naciones Celtas II en 1999, el mismo año que el sello Knife Music bajo licencia de Peermusic editó el álbum a nivel nacional. En esta edición se hizo un cambio en el diseño de la carátula y se suprimió del tracklist el tema Llamaré, que tampoco aparece en la posterior edición mexicana del sello D. R. Global Entertaiment, aunque sí en la que Wind Records distribuye en países asiáticos como Taiwán, China o Hong Kong.

“…Bosque de Galguén,
mil dragos al pie del ocaso.
Bosque de Galguén,
mil dragos me dicen
el último adiós.
Que el tiempo nos traiga el olvido
y borre los pasos perdidos
aquí en Galguén…”

Mientras Casa en el valle invita a volver a encontrarnos a nosotros mismos, Háblame es la búsqueda del verdadero amor. Los tres temas siguientes hacen mención a algunos de los lugares más sugerentes de la Isla Bonita: Bujarén, La Zarza o La Galga, del cual vale la pena citar la letra. Tal es la belleza que emanan, que el prestigioso sello Putumayo seleccionó La Zarza para el recopilatorio Women of Spirit, donde además se incluyeron temas de otros reconocidos artistas de diversas partes del mundo.

“El cielo es una avalancha,
una catedral en llamas.
Los árboles son gigantes,
sobre las sombras se abrazan.
La luz parece un torrente
que en el aire se derrama.
El bosque es un precipicio,
una batalla de ramas.”

Dama nos habla de la dualidad y Al borde de un sendero lleva pensar en el paso del tiempo y la soledad, que desaparece con un esperado y emotivo Regreso al hogar. Llueve presagia tristeza y Silencio azul camufla tal sentimiento en nostalgia, mientras que, de manera acertada, Mar de la alegría cierra el disco con un mensaje positivo.

“…Los sueños que un día
se llevó la mar,
ahora tierra adentro
los podemos encontrar.
Quien inventa caminos
no teme la soledad,
encuentra compañía
el que solo sabe andar.
Los caminos de vuelta
son difíciles de andar
pues sólo llega lejos
el que sabe regresar…”

Pese a sus innegables influencias celtas, la fusión de ritmos y sonoridades hacen que el álbum sea difícil de encasillar en un único estilo. Regreso al espíritu es un volver a las raíces, a la esencia y la razón de ser, a través de la música. Auto editado, auto producido y auto financiado en su primera edición, casi 20 años después sigue siendo uno de los discos más emblemáticos de la escena independiente española.