Ronda
Registros de Cultura, 2017
El cantautor argentino Julio Lacarra es otro de los innumerables casos donde popularidad y prestigio no van necesariamente de la mano. Sin los beneficios de una difusión masiva en su país, Lacarra se las ha ingeniado, no obstante –a fuerza de talento y de trabajo– para construir una sólida carrera que se vincula a cada paso con los grandes nombres de la música folclórica argentina.
Compuso con artistas de la talla de Armando Tejada Gómez, Hamlet Lima Quintana y Jaime Dávalos; sus obras han sido cantadas y grabadas por artistas como Mercedes Sosa, Jaime Torres, Jorge Cafrune, Juan Carlos Baglietto, León Gieco, Cantoral, el Trío Vitale-Baraj-González, el cubano Santiago Feliú, Raly Barrionuevo, Rubén Juárez, Los nocheros de Anta, Huerque Mapu, Suna Rocha, el cuarteto vocal Zupay, el Quinteto Tiempo y Chany Suárez, entre muchos otros. Y ha girado incansablemente por América Latina, Europa, la ex Unión Soviética y los Estados Unidos, compartiendo conciertos con Graham Nash, David Crosby, Bonnie Raitt y Jackson Browne.
Ahora, el artista que a los tres años ya estaba cantando y que se inició como solista en 1967 regresa de un prolongado silencio discográfico para celebrar los 50 años de su primera grabación profesional con esta nueva placa, Ronda. Y lo hace con un destacado elenco de artistas invitados de las más diversas procedencias, tanto musicales como geográficas. En una ronda (como ilustra el título) de abrazos con amigos y canciones de todas las épocas. Así, el registro varonil de Lacarra protagoniza notables dúos con las voces de Adrián Goizueta, que nació en la Argentina pero creció profesionalmente y se hizo conocido como cantautor desde Costa Rica; con la cálida e inconfundible de León Gieco; con las de su hermana Chany Suárez, Mónica Abraham y Tania Libertad, por mencionar sólo algunas. O se suma a los de los colectivos Procanto Popular (para revisitar la célebre A quién doy) y el Quinteto Tiempo, con quienes el cantautor plasma por primera vez en un disco propio su tema El río está llamando, que compuso allá por 1969, con apenas 20 años, inspirado en la célebre protesta popular de aquel año conocida como el “Cordobazo”.
En un tracklist frondoso y variopinto, donde se alternan canciones y temas de neta raíz folclórica, también hay lugar para algunas curiosidades, de las que nos limitaremos a citar cuatro, por razones de espacio: Candombe herido, una canción que habla sobre la violencia de género con letra del tucumano Rubén Cruz y un impactante pregón final a cargo de Viviana Valenzuela, Gabriela Fiore y la autora, su hija Florencia Suárez; el contrapeso humorístico de Viendo trabajar a un hombre; Romance na Tafona, con Lacarra cantando en portugués; y un loncomeo, Dale tero, que rescata un canto ancestral que los pueblos tehuelche y mapuche ejecutaban durante la ceremonia religiosa del ngillatun.
Párrafo aparte merecen los muchos y notables músicos que participan en la placa, entre los que podemos citar a los guitarristas Jorge Giuliano y Roberto Calvo, los vientistas Víctor Carrión y Marcelo Chiodi, los percusionistas Facundo Guevara y “Colo” Belmonte y los excepcionales pianistas Tato Finocchi, “Popi” Spatocco y Leo Bernstein.
Considerando la calidad de Julio Lacarra como autor, se echa en falta la inclusión de un cuadernillo con las letras.
A mediados de los años ´80, cuando Julio Lacarra venía de actuar en el Estadio Centenario del Uruguay, con más de 40.000 personas coreando su canción Tambor de aluminio, el recordado Alfredo Zitarrosa afirmó: “Lacarra es el mejor cantor de estos lados”. Este disco hace pensar que no estaba muy errado.
Me gustó muchísimo el CD, variado y para todos los gustos con calidad musical e interpretativa .Felicitaciones!