Diariofolk

Pregunta. Estamos ante un trabajo singular, un disco conceptual sobre la aceptación del dolor y el duelo. ¿Conoces algún precedente?

Respuesta. Pues no, no sé de nada parecido.

P. Dices que tu esperanza es que este trabajo se utilice como una herramienta para deshacer los bloqueos que nos impiden llorar cuando lo necesitamos. ¿Cómo crees que pueden conseguirlo las canciones?

R. Las canciones van directas al corazón y las de este CD están pensadas para darnos permiso para llorar. En la niñez, al sentir dolor del tipo que sea, lloramos, no tenemos ningún problema con la autenticidad. Los adultos somos expertos en enmascarar lo que sentimos, o no reconocerlo o postergarlo. Recibimos, por lo general, una pena de educación emocional. Que la música conmueve ya lo sabemos, además en una canción tienes otro elemento, que es la letra. Estas canciones salen de mi corazón, de mi emoción, por eso creo que son bastante directas. Y sí, tienen la intención de servir, de ser utilizadas.

P. ¿Cómo has elegido el repertorio?

R. Viendo esa necesidad y dedicando tiempo y energía a investigar que, por cierto, me encanta.

P. Hay canciones de distintas culturas y épocas. ¿Es muy diferente la forma de afrontar el dolor por la pérdida de una persona querida en las diferentes culturas?

R. En las culturas que conozco más, la cristiana y judía, desde luego no se ofrece una buena educación emocional desde la infancia respecto a la muerte. En Bali tuve la oportunidad de estar en una ceremonia de cremación y me pareció bastante diferente el enfoque, pero no lo conozco en profundidad. Seguramente existen estudios de antropología sobre el tema y seguro que hay culturas que lo tratan de manera más sana. Me parece muy interesante el tema, yo he hecho un CD para los de aquí.

P. ¿Cuánto hay de la propia experiencia, del propio dolor en este trabajo?

R. Todo. He hecho este trabajo ahora porque hay varios duelos en mi vida, no solo de muertes, y era lo que me apetecía cantar.

P. ¿Es más fácil cantar a la alegría o a la tristeza?

R. Hay momentos para cada cosa. Como profesional, si estás triste es difícil dar un recital de canciones alegres, y al revés, igual. Pero al menos yo, enseguida me pongo en situación, me impregno de las propias canciones.

P. Hay una canción, Romaria, que no parece una canción triste, trasmite esperanza…

R. Es una forma de verlo, es alguien que nos cuenta la vida tan desafortunada que ha llevado y que aun así decide ir a una romería para pedir paz en su desasosiego. Ya sabemos que los duelos pueden ser por muchas cosas, no solo por la muerte de alguien a quien amas. Puedes estar haciendo un duelo porque en tu vida no encontraste a esa persona con la que compartir el camino, por los hijos que no tuviste, porque los que tienes no son tan felices como hubieras deseado, porque tu salud no es la que querrías… Cada uno sabemos nuestras pérdidas y creo que si nos las dejamos sentir de verdad y las lloramos, entonces podremos aceptar y amar lo que es y seguir con nuestra vida más ligeros. Esa es la vocación de estas canciones, ayudarnos a vivir más plenamente.

P. Tanto la canción anterior como Árboles lloran por lluvias son canciones tradicionales. ¿Es rica la tradición en este tipo de canciones?

R. En el CD también está Anima morta, tradicional catalana. Creo que en la música tradicional la tristeza, la muerte y el duelo no son tan cantadas como la alegría. Aunque de las tradiciones que yo conozco, la catalana y la sefardí tienen bastantes canciones tristes, normalmente cantar está más relacionado con celebrar y bailar la vida. En este trabajo he usado bastantes canciones escritas por gente que necesitaba expresar su pena y que lo hace muy bien.

P. “Nacer, renacer” era un disco con canciones para ayudar a dar a luz. ¿Es este disco el cierre lógico de un ciclo que comienza con aquel?

R. Me gustaría que el cierre fuera un próximo CD con canciones sobre el morir, donde se desdramatice la muerte y se la acoja como una parte natural de nuestra vida. Creo que si somos capaces de morir sin tanto miedo, sin tanto drama, sin tanto ego, dejamos a los que se quedan un duelo más sencillo. En realidad ya tengo bastante claro como sería, se hablaría de que nacer y morir es lo mismo, un cambio de un tipo de energía a otro, del acuático dentro de nuestra madre al aéreo fuera, del material en el cuerpo al sutil sin él.

P. Entre medias, publicaste dos trabajos muy espirituales: “Erótica Mística” y “Matria, la patria del alma”. ¿Es la espiritualidad el hilo conductor en la obra de Rosa Zaragoza?

R. El más espiritual quizás es “La danza del alma”, que son meditaciones en movimiento para bailar desde un lugar muy espiritual. En “Erótica Mística” se habla del éxtasis donde se unen los místicos y los amantes o lo espiritual de la corporeidad, y en “Matria” son simplemente canciones de las patrias de mi alma: antiguas canciones sefardíes, andalusíes y catalanas. Pero es verdad que a partir de mis 40 años todo lo que canto contiene ese tema, por cierto bien separado de la religión, de cualquiera de ellas.

P. Sin embargo, el disco “A la luz de la risa de las mujeres” era mucho más corporal que espiritual, con canciones que expresan el sentir de las mujeres teniendo en cuenta su cuerpo, su sexualidad o la maternidad…

R. También tiene ese punto del alma, porque es una alegría desde el gozo profundo, intimo, desde la conciencia, no esa alegría desbocada de una borrachera, por poner un ejemplo.

P. ¿Tienes pensado seguir explorando las emociones del ser humano en próximos trabajos? ¿Cuáles son tus próximos proyectos?

R. El proyecto que explicaba antes se llamará “Bailando con la muerte” y como produzco mis propios CD, solo lo podré hacer si recupero el dinero del que acabo de sacar. Vamos a ver qué nos depara el destino…