Diariofolk

En su primer disco como dúo, la cantante Analía Sambuco y el pianista Julián Solarz decidieron abordar un repertorio de canciones latinoamericanas raras y poco frecuentadas en la actualidad, recopiladas a lo largo de un trabajo de investigación, selección y experimentación que les llevó casi seis años, pero con una mirada propia y contemporánea. Así, en Tiempo vaivén conviven autores consagrados del siglo XX, como el “Cuchi” Leguizamón, el brasileño Hermeto Pascoal o el recordado pianista cubano “Bola de nieve” junto a otros más actuales, como Carlinhos Brown, de Brasil; o Gustavo “el Príncipe” Pena, del Uruguay, tempranamente fallecido.
Lo destacable del proyecto es que -por fortuna- toma distancia de cierta música de raíz folklórica argentina estentórea, carente de sutilezas, con repertorios saturados de chacareras y zambas pirotécnicas.
Julián Solarz es un pianista muy inspirado, que aporta arreglos e improvisaciones intimistas, con armonías jazzísticas. Resulta acertada la inclusión de marimba en algunos temas, ejecutada por Marcos Cabezaz; y no defrauda la percusión minimalista del consagrado Facundo Guevara. También participa en un par de temas la teclista Nora Sarmoria, una de las docentes de Solarz, cuyo estilo sobrevuela el disco. Analía Sambuco tiene una voz agradable, pero es una pena que utilice un registro tan acotado y abuse, por momentos, de estirar los finales de algunos versos. Su estilo de interpretación resulta algo lánguido, lo que a veces dificulta diferenciar un track de otro.
El proyecto que animó a Tiempo vaivén resulta más interesante que su cristalización. Materia prima hay, pero tal vez falte más carácter y una mayor dosis de audacia. Se echan en falta esos dos o tres temas memorables que traccionan un disco. Los que más se acercan: Caja de música, grabado originalmente por Pedro Aznar (en un disco donde musicalizó poemas de Jorge Luis Borges) y Suerte y amor, de El Príncipe.