Diariofolk

Si te lo encuentras por la calle, Lluís Gómez te parecerá una persona como cualquier otra. Pero si escarbas en su biografía descubrirás que en realidad te encuentras con el “rey español del banjo”, según ha reconocido la mismísima Alison Brown, la prestigiosa y multipremiada norteamericana especialista en el mismo instrumento. Y así es, porque este ciudadano residente en Premià de Mar (cerca de Barcelona) ha desplegado una brillante carrera que le ha llevado a especializarse en Francia y en Estados Unidos, a dar clases en Bélgica, a organizar festivales y a escribir métodos sobre el banjo, ese llamativo cordófono que tan poca difusión tiene por estos lares.

Además de tocar la mandolina y el violín –llamado fiddle en los países anglosajones cuando se usa con finalidades tradicionales-, Lluís se ha especializado concretamente en el banjo de cinco cuerdas, y después de colaborar en decenas de discos de otros músicos por fin se ha decidido a editar su segundo disco en solitario -el primero se remonta a 2007-, que contiene una colección de composiciones propias y ajenas en las que se comporta como un auténtico virtuoso en la materia a la vez que invita a participar a otros maestros internacionales en la materia como Jean Marie Redon, Fred Simon, Ron Cody y Chris Luquette, además de los reputados mandolinistas Bernard Minari y Jesse Brock y el sonador de dobro Henrich Novák, asi como a algunos músicos catalanes también bregados en otras mil batallas, entre los que se encuentran el guitarrista Josep Traver y el armonicista Joan Pau Cumellas.

Entre todos, bien dirigidos por el líder del proyecto, nos invitan a viajar por los paisajes del banjo, con especial atención a los modos y las modas de ese estilo tan tradicional, tan clásico y a la vez tan vivo como es el bluegrass, ofreciendo como guinda del pastel un curioso detalle final: la inclusión de una versión de What a wonderful world de Louis Armstrong.