Diariofolk

Juan Iñaki es una de las voces jóvenes más destacadas de la música popular argentina. Este cordobés, que nació en 1986 como Juan Ignacio Berecibar pero a los 12 años decidió adoptar como apellido su segundo nombre en euskera, la lengua de su bisabuelo, debutó apenas con dos años más en el tan célebre como controvertido Festival de Cosquín. Iñaki inició su carrera en el ámbito de la música de raíz folklórica, como lo testimonian sus primeros discos: Qué hermoso sueño (2000), Yo soy Juan (2003) y De la raíz a la copa (2008), separado del anterior por un impasse donde, renegando de los circuitos tradicionales del género, dejó de cantar profesionalmente por un tiempo. En su siguiente disco, Orgánico, del 2013, decidió abrirse a nuevos horizontes: jazz, funk, bolero, tango y otras músicas de diferentes puntos de Latinoamérica, como Perú, Brasil y Cuba; e incluso incursionó por primera vez en la composición.

Ahora, Juan Iñaki vuelve al ruedo discográfico con De siesta y monte, un disco que lo trae de regreso al territorio de la música tradicional argentina, al que el artista define como “un puente de sonoridad entre mi infancia y la de mis abuelos,” un retrato de su infancia transcurrida en las sierras de su Córdoba natal, como se refleja claramente en Infancia de siesta y monte, la chacarera trunca que abre y da título al CD: Pisadas de hombres y bichos/ Tejen miles de senderos/ Sutil y agreste madeja/ Urdimbre de tierra y cielo/ Por ellas se fueron yendo/ Las pisadas del que fuera/ El que jugaba en el patio/ De la casa de mi abuela. Allí, como en el track que cierra el disco, Coplas para el final de los tiempos, el artista retoma la composición. En el medio, Iñaki nos ofrece un repertorio variado, sin llegar a ser ecléctico, con canciones de autores tradicionales como Atahualpa Yupanqui o el dúo compositivo Castilla-Falú, bien balanceadas con otras de autores contemporáneos, como Ica Novo, o un tema del brasileño Luiz Carlos Borges, donde éste participa cantado en portugués (tal vez un resabio del paso de Iñaki por el proyecto Caixa da musica, con el que también publicó un álbum y realizó dos giras por Brasil).
Resulta una curiosidad el rescate de una antigua ranchera de Ivo Pelay y Francisco Canaro, Me enamoré una vez, donde se acopla ajustadamente la voz de Mery Murúa. Sobresalen también el hermoso huayno Pachamama y es plausible que Iñaki se haya animado a encarar la icónica Zamba del laurel, un clásico de Tejada Gómez y el “Cuchi” Leguizamón que ya registra excelentes versiones, sin que la suya desentone.

Aunque la poderosa voz de tenor de Iñaki pueda asociarse por momentos con el estilo más comercial de su contemporáneo Abel Pintos (algo que tal vez explica el hecho de que ambos hayan compartido el mismo productor, Hugo Casas, en algún momento) es indudable que este disco lo encuentra en un momento de madurez interpretativa, retomando la búsqueda de sus raíces, con una sonoridad criolla y austera que logra con el concurso de un grupo de muy buenos músicos y el aporte de talentosos invitados como Raly Barrionuevo, Mario Díaz y los ya mencionados Mery Murúa y el acordeonista brasileño Luiz Carlos Borges.

Lista de temas:
1. Infancia de siesta y monte – (chacarera) de J. Iñaki
2. La huanchaqueña –anónima popular chilena
3. La atardecida – (zamba) – M.J Castilla / E. Falú
4. La colorada (chacarera) – A. Yupanqui
5. Amor ausente – (vidala) Eduardo Bechara /Claudio Pacheco
6. Me enamoré una vez – (ranchera) Ivo Pelay / Francisco Canaro
7. Tu pálida voz – (vals) H. Manzi / Charlo
8. Na garupa do Baiáo – (baneirào) Mauro Ferreyra – Luiz Carlos Borges
9. Zamba del laurel – A. T Gómez / Gustavo Leguizamón
10. Del norte cordobés – (chacarera) Ica Novo
11. Pachamama – (huayno) – Pachi Herrera / Ramiro González
12. Coplas para el final de los tiempos – Juan Iñaki