Cada vez son más las obras que salen a la luz inspiradas durante el período del confinamiento. Una de las últimas es el disco de Javier Ruibal, titulado sencillamente Ruibal, una hermosa colección de canciones escritas durante el largo período de aislamiento en su casa de Madrid. Canciones en las que el gaditano incorpora temáticas diferentes a las que conocemos: la tristeza, la soledad… y también el amor y la dosis siempre de deseo carnal que las acompañan, el flamenco, la reivindicación de la negritud, y por fin, el sol del Sur, presente y luminoso. A cada una de las trece canciones acompañan trece relatos y trece acuarelas, cuya autora es Sonia Alonso.
Los músicos que le acompañan son pocos pero muy fieles: su inseparable Javi Ruibal, que toca la batería y percusiones, además de producir y arreglar las canciones y su adorada Lucía Ruibal, que taconea. Faiçal Kourrich toca el violín, Riki Rivera, guitarra, que con David Palomar, palmea y jalea.
Uno de los discos más bellos de Van Morrison y más incomprendidos por la prensa musical del momento es Common one. Un disco nada comercial que no casaba con los gustos de sus seguidores, y que tiene ciertas dosis de misticismo. Y con unos músicos rodeándole de la categoría de Mark Isham, trompeta y el grandísimo Pee Wee Ellis, saxo y flauta, además de director musical y arreglista. Fue grabado entre el 11 y el 19 de Febrero de 1980 en Niza.