El salteño Daniel Toro fue uno de los creadores más prolíficos de la música popular argentina, con más de 1.000 canciones compuestas. El Antigal (con Lito Nieva y Ariel Petrocelli), Mi principito (con Néstor César Miguens) Mi mariposa triste (junto a Julio Fontana), El Cristo Americano, Nostalgia mía y Pastorcita perdida figuran entre las más recordadas. Pero sin duda los dos temas que lo inmortalizaron y que dan cuenta de las dos vertientes en las que se manejó –la canción romántica y la canción testimonial– son su Zamba para olvidarte (con letra de Julio Fontana) y Cuando tenga la tierra (compuesta con su coterráneo Ariel Petrocelli), que popularizó la gran Mercedes Sosa. Investigador inquieto, Toro llegó a grabar el célebre tema del cubano Silvio Rodríguez Vamos a andar cuando aún no era conocido en la Argentina y con el cual tomó contacto a través de un cassette que le entregó una muchacha en Chile.
Toro había sido internado el 11 de mayo con un cuadro de neumonía que agravó su ya delicado estado de salud generado por un cáncer de garganta que le implicó varias operaciones a lo largo de cuatro décadas.
Había nacido el 3 de enero de 1941 en la ciudad de Salta e inició su carrera profesional en el folclore al integrar el conjunto Los Viñateros. En 1967 se convirtió en la revelación del Festival de Cosquín, ganando el premio Consagración, justamente en la misma edición donde el primer premio se lo llevó Atahualpa Yupanqui, un símbolo del Festival cuyo escenario llevaría pocos años después su nombre.
La última dictadura cívico-militar que padeció la Argentina lo persiguió y lo llevó a protegerse bajo el seudónimo de Casimiro Cobos. En 2021, su figura fue rescatada por el filme El nombrador, dirigido por su compatriota Silvia Majul.