Trece canciones bonitas (Producciones Efímeras) se grabó en 2018 y es una de esas locuras maravillosas a las que nos tiene acostumbrados Germán Díaz. En esta ocasión acompañado por Benxamín Otero, que toca instrumentos tan poco convencionales como el corno inglés, el oboe y la caja de música. Y Germán toca, además de la zanfona, el bendhir y el zarb, esos otros artilugios mecánicos que atienden a nombres tan extraños como aerophone y el Organo de Barvaria, que a estas alturas ya nos suena algo más familiar.
Además de temas propios, el disco se nutre de adaptaciones de composiciones de, entre otros, Erik Satie, Richard Galliano y por supuesto Valentín Clastrier, el gran referente europeo de los zanfonistas. También se recuperan piezas de cancioneros tradicionales como el Cancionero popular de Burgos de Federico Olmeda o el de José Inzenga, Cantos y bailes populares de España. Otras joyas parten de Schubert y una deliciosa pieza que cierra el disco a ritmo de alegre one-step, Si vas a París, Papá.
Loreena Mckennitt se retira, al menos temporalmente, del mundo de la música para dedicarse, dice ella, al activismo en defensa del medio ambiente y a prevenir de los riesgos nocivos del uso de las redes sociales. En 1994 grabó The mask and mirror (Quinlan Road) en el que la artista canadiense se adentra en el siglo XV europeo. Un viaje desde Irlanda hasta Marruecos, el sufismo, los trovadores, el misticismo cristiano. En este trabajo destaca una pieza, Prospero’s speech, basada en la obra de Sheakspeare La tempestad. En ella se inspiró asimismo Michel Nyman para la BSO de Prospero’s books, adaptación de la obra del dramaturgo inglés.
no he oidi hablar del primero, veremos que tal le va a lorenna.