Blas Rivera, compositor, pianista y saxofonista argentino formado en el conservatorio de su Córdoba natal, se perfeccionó en el Berklee College of Music de Boston y en el New England Conservatory. Su música se ha movido preferentemente entre el jazz, el tango y la música contemporánea. Desde 1997 ha editado discos como Blas Rivera Quintet (junto a Pablo Ziegler y Fernando Suárez Paz, dos músicos con una destacada trayectoria junto a Astor Piazzolla); Introduçâo (registrado en directo en el Montreaux Jazz Festival), Íntimo (un abrazo entre el tango y el jazz); el piazzolliano Ojalá que me escuche; Che (grabado en directo en Brasil y Francia) y Canción para conquistar a la bailarina (con la participación del violinista Antonio Agri y el bandoneonista Walter Castro).
Refiriéndose a este Mil exilios Rivera ha expresado: “Vengo de la tierra más austral del planeta, territorio ranquel antes de proclamarse Virreinato del Río de la Plata. Nieto de francesa, italiano y mallorquines convertidos al cristianismo vaya a saber cuándo y por qué tragedia y sin contar las gotas moras que tiñeron Mallorca. Nací en la Argentina, emigré a USA, recalé en Brasil, luego mi abuelo Blas volvió a España ya metido en mi cuerpo. No hablo correctamente ninguna lengua, me equivoco en todos los idiomas, me traiciona la ortografía lunfarda. Colecciono pasaportes, me chorrean las visas, conozco la deportación como a una amante, debo en por lo menos cinco monedas. Mi saxo es francés y el piano que tecleo japonés. Sudaca, bastardo, outsider, forastero, gringo, inmigrante, colado, penetra, cucaracha, desterrado, perdido, desubicado…”.
En Madrid conoció al poeta italiano Ugo Ceria, quien firma casi todas las letras de Mil exilios. Refiriéndose a esta sociedad artística el músico señaló: “encontré unas palabras que me ofrecieron un pasaje baratísimo a mi barrio del sur, a mi mamá, a mi hermanito en el patio….y ¡claro! me prendí sin darme cuenta, esta es mi vuelta, mi billete de regreso. Polizón en estrofas de un tano. Este disco es como ponerle dulce de leche a la tostada, fácil y espléndido. Pintarle bandoneones y corcheas y violines a esta poesía bastarda, un detalle inconsciente y suave que me trae de vuelta a este rincón de donde probablemente volveré a escaparme cuando otras sirenas mentirosas me den la orden de partir silbando bajito. Ugo puso las historias contadas, el azar y no la perseverancia plantaron la música, yo sólo soplé la nostalgia inquieta de estar siempre llegando”.
Quienes no conocen su directo, deberían saber que además de un estupendo músico Blas Rivera es un gran narrador. Sus temas y las presentaciones de sus temas se funden en un todo cercano, seductor, cálido, cómplice y salpicado de humor. Este Mil Exilios impregnado de milonga, tango, poesía y candombe es una oportunidad perfecta para disfrutar de su arte.
encontrarse siempre y para siempre fuera de lugar.
No poder calcular nuestra posición, porque
la niebla cubre el horizonte, y las nubes esconden
la Cruz del Sur. Derivar.
Si no se vuelve, se paga el precio del exilio,
y si se vuelve, el precio del desencuentro.
Por única compañera la soledad y otras soledades
iguales a la nuestra.
¿Qué se recibe a cambio? Nada. La libertad.
Ugo Ceria
En Café Berlín, el jueves 25 a las 21.00 h.
Jacometrezo, 4. Madrid
915 215 752
Entrada: 8 €
En Espacio Ronda, el sábado 27 a las 21.00 h.
Ronda de Segovia, 50. 28005 Madrid
913 66 10 41
Entrada: 10 €
Que todo Madrid vaya a escucharlo y verlo…! Valen las ganas y las nostalgias del que parte siempre con la valija llena de suspiros y dolor, llena de alegrías y penas… llena de todo…
En homenaje a todos los que se tuvieron que ir a un exilio obligado. …
Nunca más identificada! (y exiliada!!!)
Organizándolo todo para tenerte en Sitges, y exiliada en Buenos Aires por «laburo» …sin poder disfrutar del «Concierto de Pintura» que nos ofrecerán acompañando la expo de Claudio González en el Hotel Avenida Sofía (17/oct. 20.30h).
Esto promete y me lo pierdo!!
Inmortalicenlo en unas buenas instantáneas y videos, para que podamos disfrutarlo los que estamos del otro lado del charco….
un abrazo!