La Chicharra no es un espectáculo folclórico, es una fiesta lúdica, una forma de expresión y divertimento social, se vive en la calle no sobre un escenario y todo aquel que se acerca a participar se convierte en “actor”, no en público.
Durante los tres días que dura La Chicharra las rondas participantes recorren las calles y bares del pueblo tocando, cantando y bailando a cualquier hora y en cualquier lugar. Es una fiesta participativa, abierta al visitante y con un simple sentido lúdico y espontáneo. El objetivo es divertirse, es divertir. Hasta Motilleja llegan músicos de La Manchuela, de Albacete, de la región o de cualquier punto de la geografía nacional, quienes muestran sus músicas, sus cantos, sus bailes y se integran en los de los demás. En general, cualquier persona que tenga un instrumento en la mano, se eche unos bailes o simplemente acompañe en el beber a cualquiera de las rondas se siente un “chicharrero” más.
El viernes, con la llegada del anochecer, Los piteros o dulzaineros recorren las calles y los bares de la localidad anunciando la llegada de la fiesta, emulando esa antigua forma de comenzar las fiestas de los pueblos a base de pita y tambor. El recorrido termina en alguno de los bares o plazas del pueblo, donde La Ronda de Motilleja arranca con los cantes y los bailes.
La mañana del sábado está dedicada al recibimiento de grupos e invitados quienes, con el paso de las horas, empiezan a tomar las calles y los bares con sus instrumentos y sus músicas tradicionales, iniciando así un recorrido que en muchos casos no terminará hasta el día siguiente.
Al mediodía, se celebra la Ronda de las cañas, las rondas recorren los bares de la localidad, siendo invitados a una ronda, allí mismo se montan improvisados bailes, hasta la hora de comer.
Por la tarde las rondas están ya en pleno apogeo, uniéndose a la fiesta amigos y visitantes quienes van dando rienda suelta a sus impulsos lúdicos y festivos en torno a la música y el baile tradicional. Se inaugura el Mercadillo Tradicional, y las diversas exposiciones de instrumentos que se colocan en los salones del ayuntamiento.
Sobre las 6 de la tarde a golpe de dulzaina y tambor, en la mayor parte de las ocasiones acompañados por los Dulzaineros de la Mancha, Dulzaineros de Villamalea o por el Pitero de Iniesta, comienza el baile en la zona de bares, y un recorrido que llevará a todos los músicos hasta la Plaza Mayor.
Allí mismo, con la caída del atardecer, llegan mujeres con bolilleros mostrando a los visitantes la ardua tarea del encaje de bolillos. Alrededor de esta actividad se celebra un Encuentro de bolilleras de toda La Manchuela.
A las 8 de la tarde,rondas, cuadrillas, collas, dulzaineros, pandas y demás grupos, ya están reunidos en la plaza. Hasta las 10 de la noche, aproximadamente, se produce un verdadero maremagno y bullicio, que mezcla los sonidos y toques de unos y otros.
Tras un ligero descanso para reponer fuerzas, sobre las 11 se inicia la verbena tradicional en la Caseta Municipal donde participan parte de las rondas invitadas junto a la Ronda de Motilleja. Se suele alargar hasta que el baile se va deshaciendo por agotamiento de músicos y bailadores.
Alrededor de la 1 de la madrugada los músicos comienzan a recorrer los bares con sus músicas y cantos, mezclándose entre sí los músicos de los distintos grupos. La algarabía y el jolgorio se apoderan de la fiesta, convertida ya en un espectáculo espontáneo en el que cualquiera puede participar, y cada músico con su instrumento se va juntando a cualquier ronda, coincidiendo pocas veces con la de uno mismo. La fiesta se alarga durante toda la noche o hasta que los cuerpos aguantan, y cuando los primeros rayos del sol, dominical ya, se abren paso, una buena lumbre y suculentas viandas para asar sirven para reponer las agotadas fuerzas de músicos y amigos.
La mañana del domingo Los habitantes y visitantes de Motilleja tienen la oportunidad de “vengarse” de La Ronda, ya que se celebra La Mañana o Día del Agua. Con esta actividad llegan a la plaza sobre las 13’30 diversos remolques cargados de agua, en ellos se aprovisiona la gente usando cubos e inicia una peculiar “batalla de agua” que no impedirá que la Ronda de Motilleja continúe con sus cantos, a la vez que la población intentará acallarlos a base de agua. Es esta una manera de vengarse de los tres días y dos noches que lleva la Ronda sin dejar dormir a los habitantes del pueblo. Los músicos de la Ronda de Motilleja, con instrumentos comprados para la ocasión, o incluso construidos con cartón, maderas, etc. Intentan avanzar entre los cubos y el agua, pero siempre llega el momento en que no se puede seguir tocando y cantando. En ese momento, uno de los miembros de la Ronda hace hueco entre los demás, y a una orden suya se rompen los instrumentos contra el suelo, como señal de “derrota”. En este momento, se produce una gran algarabía, saltos y abrazos, que son el final de La Chicharra. Eso sí, todos ellos saben que la música y el canto, volverán a tomar el poder durante tres días, al año siguiente, con el renacimiento de una nueva Chicharra.
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La Chicharra 2014 en Motilleja, Albacete
09/07/2014 - Diariofolk
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La Chicharra es una fiesta de música, baile y tradiciones populares. Durante dos días y tres noches las Rondas recorren las calles y bares del pueblo tocando, cantando y bailando. Este año se celebra el fin de semana del 18 al 20 de julio. A la vez se realizan otras actividades como muestras de encaje de bolillos o gastronomía.