Teatro El Alambique, Buenos Aires
En una charla de sobremesa, tres amigos especulan sobre las complicaciones que traería aparejadas la invitación a un evento con un nombre difícil de pronunciar. Tiempo más tarde, la broma cobra forma de un espectáculo que se termina llamando Tres Tristes Tríos. Pero esa apelación a los trabalenguas, lejos de complicar la comunicación, terminará propiciándola. Tanto sobre el escenario como entre los artistas y el público. Al fin y al cabo, los trabalenguas también se emplean como un ejercicio para desarrollar una dicción ágil y fluida. Como quien dice, para soltar la lengua.
Esa facilidad para entrelazar música y palabras, canciones y textos, se iría haciendo palpable, como se verá, a lo largo de todo el espectáculo que Ale Simonazzi pergeñó para iniciar los festejos por los 20 años en el aire de su programa Revuelto de Radio, un referente de la música popular argentina que se emite por Radio Nacional Folklórica y FM La Tribu y es retransmitido por más de 30 emisoras comunitarias, alternativas y universitarias.
De entrada, nomás, Simonazzi deja en claro cuál será el espíritu del encuentro: sus palabras se articulan con la guitarra y la voz de Pablo Tozzi, contrabajista, cantante y compositor porteño que integró numerosas formaciones de jazz y música popular latinoamericana con las que giró por Europa, Japón y Latinoamérica. Tozzi confirmará esa versatilidad sobre el escenario y hará valer un curriculum vitae que consigna nombres como los de Liliana Herrero, Daniel Viglietti, Rubén “Mono” Izarrualde, Raúl Carnota, Verónica Condomí, Chango Farías Gómez, Franco Luciani y Facundo Guevara, entre otros.
A partir de allí se van conformando distintos tríos donde se alternarán el creador de Revuelto con las dos agrupaciones restantes: la de Pablo Tozzi se completa con Martín Vicente a la batería y el virtuoso Sebastián Jakimczuk al piano eléctrico, mientras que la tríada de Hernán Crespo –acordeonista y compositor del que ya hemos hablado en este espacio, en ocasión del lanzamiento de su exitoso álbum Puertos– la conforman el propio Crespo más Emilio Turco a la guitarra y Cecilia Carnero al violín.
Con temas de Puertos, justamente, arranca el set de este trío con fuerte impronta litoraleña: Tiempo (que en el compacto canta Teresa Parodi), A vuelo de pájaro, el huayno En verde y azul y una composición del vasco Kepa Junkera. Y antes de desembocar en el aire festivo de La cochorocha –que Hernán dedicó a su hija Vera–, con palmas del público y scat de Tozzi mientras aporta el sonido de su contrabajo, el trío ilustra sobre el sorprendente parecido que existe entre el tema principal de la película Amarcord, de Nino Rota, y La Calandria, un chamamé clásico del legendario Isaco Abitbol compuesto muchos años antes del estreno del film de Fellini.
El trío liderado por Pablo Tozzi, a su turno, dedica al recién fallecido Jorge Cumbo un set transitará mayormente por los terrenos del folclore. Arranca con La desplazada, un tema de la época de El terceto, la legendaria agrupación que Tozzi integró junto al pianista Hernán Ríos y el baterista Norberto Minichillo. Le siguen la inolvidable Zamba del Carnaval, del Cuchi Leguizamón, un huayno muy sui generis donde Pablo se luce tocando el contrabajo con y sin arco, y un estreno en directo, Bolivia, precedido por El último bolero, un bolero –precisamente– que formó parte de su proyecto La lente sonora.
Mientras todo eso sucede, artistas, géneros y miradas se van cruzando y entremezclando, celebrando el regreso de la música a los escenarios, el reencuentro con el público, la comunicación, en definitiva. Y no faltan, por supuesto, los trabalenguas. Simonazzi lanza el desafío y algunos espectadores audaces lo aceptan. Pero el único que es capaz de superar con cierta solvencia el reto y leer de corrido resulta ser el cantautor Lucho Guedes, viejo compañero de andanzas de Simonazzi.
Sobre el final, los tríos se fusionan en un solo ente que canta y recita: sobre la entrañable melodía del Hasta siempre, comandante, de Carlos Puebla, se superponen los versos que Julio Cortázar le dedicó a su compatriota Ernesto Guevara bajo el título Yo tuve un hermano. Como para dejar en claro que el objetivo del encuentro ha sido cumplido.
