Festival Tránsitos,.Sala Galileo Galilei, Madrid
Es difícil, cuando no imposible, escuchar el Canto a la cigüeña y no pensar en ellos tanto o más que en el maestro Marazuela, que la recogió y del que ellos la aprendieron (porque ellos sí conocieron al maestro segoviano), o escuchar el Romance de la loba parda y no pensar en el potente vozarrón de Fernando Ortiz, casi como si él mismo hubiera escrito el anónimo romance. A ellos pertenecen después de haberlas cantado miles de veces.
Y así fue una vez más, en la primera jornada del festival Tránsitos, con la Sala Galileo Galilei abarrotada de nuevo y cada vez más abierta al folk. El público, eso sí, en su mayoría entrado en años pero dispuesto a corear, aplaudir, emocionarse y bailar alguna que otra jota segoviana. Con un sonido impecable, los Mesteres Llanos Monreal, Fernando Ortiz, Rafael San Frutos, Francisco García y Luis Martín, estuvieron acompañados por Jesús Martín (laúd), Álvaro Mendía (teclados) y Rodrigo Muñoz (batería). La banda comenzó el concierto con un amplio popurrí de sus temas clásicos, para después ir desgranando los más conocidos e imprescindibles: Canto a la cigüeña, Matita de perejil , Molondrón, 25 pueblecillos, Romance de la loba parda, el siempre emocionante Castilla, canto de esperanza, de los Comuneros…
Un pequeño homenaje a Labordeta y su Arremójate la tripa y un merecido auto homenaje con La jota del Mester pusieron el punto final a la noche. Otra vez nos fuimos con la sensación de que al Nuevo Mester de Juglaría hay que verlo periódicamente, hay que renovar los votos con su almacén de sabiduría popular y tradición. Al menos así lo haremos cada vez que vengan por Madrid que, según Fernando Ortiz, sigue siendo el pueblo más grande de la provincia de Segovia