Café Central, Madrid
En su presentación en este templo del jazz, Ruibal contaba con un trío de escuderos más que solventes: Miguel Ángel López en el piano, José Recacha con guitarra y bajo, y Javi Ruibal en la batería.
Ya desde su comienzo con Agualuna sabíamos que la noche iba a ser emocionante. El gran Ruibal planificó una salida escalonada de los miembros de la banda al escenario para brindar a sus incondicionales algunos temas en solitario que nos confirmaron que estamos ante un maestro. Para interpretar otro de sus temas más reconocidos, La flor de Estambul, o lo que es lo mismo, la Gnossienne N°1 de Erik Satie versionada por el gaditano, subió al escenario Miguel Ángel López, un inquieto pianista, saxofonista, compositor y arreglista al que podemos ver habitualmente en importantes proyectos de jazz y flamenco.
Ya con la banda al completo, Javier Ruibal hizo un repaso por sus canciones inolvidables en el que no faltaron La reina de África, Tu nombre, Bendito veneno, Aurora, Guárdarme o la celebrada Pensión Triana, uno de los mejores momentos de la noche. Tampoco faltaron emotivos momentos, como la interpretación de Por tu amor me duele el aire, una de las mejores versiones que se han hecho sobre estos versos de García Lorca, junto a la que popularizara el gran Camarón de la Isla. A su lado, José Recacha y Javi Ruibal, compañeros de filas en el grupo Glazz y respectivamente arreglista y productor del que será el nuevo trabajo del cantautor, del que pudimos escuchar algunos temas.
Reclamado con insistencia por el público, el gaditano cerró la noche con dos bises de lujo: la maravillosa sensibilidad de Para llevarte a vivir y El cine Macario, una de las primicias de su siguiente disco con el inconfundible sello de la casa Ruibal.
Pasan los años y Javier Ruibal, uno de nuestros más grandes cantautores, conserva su encanto y su voz privilegiada. Es todo un regalo disfrutar de su arte en las distancias cortas, y más en un escenario histórico como el del Café Central.