Sala Galileo Galilei, Madrid
La riqueza de los instrumentos en el escenario dio lugar a una música inigualable, pura y vivaz. Sonaron clarinetes, flautas, saxo, dulzaina, gaita, guitarras, tambores… Todo lo mejor del folklore castellano. Los seis multi instrumentistas sacaron sonidos alucinantes de estos instrumentos que llenaron los corazones del público con energía y entusiasmo. Acompañados por el poderoso cante de Vanesa Muela, fueron capaces de conmover hasta a los más resistentes a la belleza musical.
El último disco de Hexacorde, Agarraos, ya en el título hace hincapié en lo bailable de su música y aunque esa noche en la sala no hubo espacio para danzar, nada nos inhibió de dar palmas con los ritmos contagiosos de habaneras y pasadobles. El grupo nos invitó a disfrutar de sus únicas interpretaciones del repertorio tradicional castellano: Boisán, La casita de los locos, Jota de Carnaval; entre ellas dos piezas nuevas: la habanera La tía chica y Mudanza de los Talaos. Destacó Doble pasadoble, tema exquisito compuesto por Ángel Goyanes, y Seguidillas de Ávila y del Tío Tocino, en los que reinaban los instrumentos del viento manejados con maestría por Rafa Alonso, Álvaro Aguilar y Fernando Llorente.
Fernando Llorente en la dulzaina y Rafa Alonso en la flauta travesera formaron un eje de tonalidades extraordinarias, envolviéndonos en las melodías hipnotizantes del alma castellana. También hubo momentos para apreciar las guitarras y las percusiones. Las últimas jugaron el papel principal en Garrucha de bodas, un tema original ejecutado sólo por percusiones y la voz de Vanesa Muela. En esta canción, Héctor López mostró su talento indiscutible con las congas, llevándonos aún más allá en el viaje por los ritmos étnicos del país.
Los músicos “del siglo pasado”, debidamente vestidos con gorras planas y pantalones con tirantes, se despidieron con un bis vigoroso, pleno de percusiones y sonidos de dulzaina y gaita, dejándonos con ganas de escuchar mucho más: más a menudo y por mucho más tiempo.