Diariofolk

Tras su paso por el Berklee College of Music, Jeremy Pelt se afincó en Nueva York a finales de los noventa. En 2001 comenzó a forjarse un nombre en la escena jazzística con la edición de The Art Of War, firmado por el quinteto de Ralph Peterson, y de otras grabaciones en las que aparecía como músico invitado. Desde entonces, la trompeta del californiano ha sido una estrella ascendente. Así lo atestiguan sus colaboraciones con Wayne Shorter, la Mingus Big Band, Ravi Coltrane, John Hicks o Lonnie Plaxico entre otros y su discografía como líder, iniciada en 2002 con Profile en Fresh Sound, un sello siempre atento a los nuevos valores. Dejando de lado el discutible Close To My Heart con sección de cuerdas, Pelt ha dejado un más que interesante puñado de discos. El último,Tales, Musings And Other Reveries (Highnote Records, 2015) lo ha traído de gira por Europa con paradas en Valencia, Madrid y Barcelona.

Le acompañaron en su nueva visita al Jamboree la lombarda Simona Premazzi al piano y al Fender Rhodes, Josh Ginsburg al contrabajo y Darrell Green (estos últimos sustituyendo a quienes participaron en su último álbum: Ben Allison, Billy Drummond y Victor Lewis).

El concierto del pasado sábado enseñó a Pelt como uno de los trompetistas más destacados de su generación, llamada a tomar el relevo de gente como Wynton Marsalis, Roy Hargrove, Terence Blanchard o Nicholas Payton. Su rango de influencias es tan rico como diverso, sus fraseos pueden recordar a referencias del instrumento como Booker Little, Chet Baker, Miles Davis o Freddie Hubbard.El cuarteto –con una buena actuación en general– mostró algunos altibajos en los que se alternaron momentos muy conseguidos (con solos de Pelt y Premazzi) con otros un tanto rutinarios (síntomas, quizás, de una extensa gira) en los que se echó en falta un poco más de fuego. Participaron del repertorio composiciones como la recordada Glass Bead Games de Clifford Jordan(precedida por un solo de Pelt); una delicada Vonetta de Wayne Shorter (incluida en Sorcerer deMiles Davis), con la que se pudo lucir la pianista italiana; Harlem Thoroughfare, compuesta por Pelt como una respuesta a Parisian Thoroughfare de Bud Powell; o Nephthys, también de Pelt, en una versión más animosa que la que escuchamos en su disco. Con sus ‘relatos, reflexiones y ensueños’, el potente trompetista dibujó un concierto que, sin haber sido prodigioso, anima a continuar de cerca sus próximos pasos.