Cruce de culturas

26/04/2015 - Fernando Marinelli
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Franco Luciani Sexteto. Tomatito Septeto - 22-04-2015
Teatro Coliseo. Buenos Aires
Franco Luciani y Tomatito celebraron en Buenos Aires la primera noche del festival Mestiza Música, un evento que reúne en cada una de sus jornadas a importantes figuras locales e internacionales.
Tomatito y Franco Luciani en el Teatro Coliseo

La mezcla de culturas que le dio su identidad a la Argentina (y a la ciudad de Buenos Aires en particular), está presente en el festival Mestiza Música, que se convirtió, por obra y gracia de una decena de destacados artistas de diversas latitudes, en un verdadero crisol musical donde convivien en armonía diversos géneros de raíz folclórica y músicas afortunadamente imposibles de etiquetar.

El concierto de apertura, como para confirmar lo dicho, estuvo a cargo del reconocido armonicista argentino Franco Luciani y del inefable guitarrista flamenco Tomatito.

Nacido en la ciudad de Rosario en 1981, Luciani viene trabajando desde hace muchos años como compositor e intérprete de la armónica para ocupar el lugar vacante que dejó ese referente inevitable del instrumento que fue Hugo Díaz (1927-1977). Hoy puede asegurarse que lo ha conseguido, a fuerza de talento y dedicación. Al frente de un sexteto que le brindó un apoyo casi mínimo, muy adecuado para su lucimiento, ya desde el comienzo Luciani demostró, con una delicada versión de La pobrecita, de Atahualpa Yupanqui, su maestría en el manejo de la armónica y una versatilidad que le permite encarar con igual solvencia tanto el folklore como el tango, e incluso interesantes obras propias. Luciani vive intensamente lo que toca. Se contorsiona, gesticula, libera por momentos una de sus manos para comunicarse con sus músicos. Y hasta se anima a cantar sin desentonar. Pero lo más importante de todo es que sabe bucear en cada composición hasta desentrañar su espíritu original.

De la decena de temas que ejecutó el sexteto, los puntos más altos se alcanzaron tal vez con Melodía en la menor, de Piazzolla, tocada con mucho sentimiento; el bellísimo tango Garúa, de Aníbal Troilo y letra de Enrique Cadícamo; una contundente y dramática versión de Violentango (otra vez el inevitable Piazzolla) y dos temas de su propia autoría: Oro americano y A vos te encanta, una milonga donde la armónica funcionó como el más afinado de los bandoneones.

Luego fue el turno de Tomatito, con el guitarrista ocupando el centro del semicírculo que formaba su septeto. ¿Qué se puede decir de nuevo u original de este virtuoso de la guitarra flamenca? Haber tocado junto a artistas de la talla de Camarón de la Isla, (acompañándolo en los últimos 18 años de su vida), Paco de Lucía, Enrique Morente , José Mercé, Carmen Linares o Chano Domínguez habla de un curriculum que exime de mayores comentarios.

Este cronista tuvo oportunidad de ver y escuchar a Tomatito en su primera visita a la Argentina, allá por 1998, compartiendo escenario con dos grandes de la guitarra: el argentino Luis Salinas y el peruano-argentino Lucho González. Y ya por entonces quedó deslumbrado con su arte. Los 17 años transcurridos lo han destilado y añejado como a un buen licor.

El Tomatito Septeto, donde participan algunos miembros de su familia, vino a presentar Soy flamenco, un espectáculo de guitarras con cante, baile y percusión en el que el almeriense repasó temas del CD homónimo y los amalgamó con otros registrados anteriormente o nunca grabados.

Probablemente el público argentino no distinga claramente entre bulerías, rumbas, seguiriyas o alegrías, pero eso no fue impedimento para que fueran hechizados por la magia del flamenco que transmitieron Tomatito y sus compañeros, a quienes escucharon en un silencio casi religioso.

Sobre el final, Tomatito invitó a Franco Luciani para interpretar juntos -con la participación de El Cristi en guitarra- Spain, el clásico de Chick Corea, en una versión que los mostró asombrosamente ensamblados. Y cuando parecía que ya había sido suficiente para una sola noche, llegó un regalo inesperado: el Chango Spasiuk se sumó con su acordeón para dar vida a uno de esos momentos de gran inspiración y emotividad. Libertango, de Astor Piazzolla y Two much love, esa joya que Tomatito dedicara a Paco de Lucía (“el guitarrista más grande que ha dado la historia del flamenco”, según sus propias palabras) cerraron una primera noche de Mestiza que cumplió acabadamente con los objetivos del festival. Demostrar que la música convoca y une, no importa de donde venga. Sobre todo cuando es buena.

Franco Luciani Sexteto:
Franco Luciani, armónica y voz

Ariel Argañaraz, guitarra
Daniel Godfrid, piano
Facundo Peralta, bajo
Martín González, guitarra
Facundo Guevara, percusión (en reemplazo de Horacio Cacoliris)

Tomatito Septeto:
Tomatito, guitarra

José Israel Fernández “Tomatito hijo”, guitarra
El Cristi, guitarra
“El Piraña”, percusión
Mari Ángeles Fernández, voz
Kiki Cortiñas, voz
David Paniagua, baile

Tomatito, Chango Spasiuk y  Luciani por Laura Tenenbaum
Fotos: Franco Luciani y Tomatito. Tomatito, Chango Spasiuk y Franco Luciani. © Laura Tenenbaum

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