Diariofolk

Durante los últimos tiempos, Rusó Sala ha desplegado una actividad inusitada acompañando artistas como Rosa Zaragoza, Clara Peya o Giulia Valle y formando parte de proyectos como la orquesta de percusión ibérica Coetus. No obstante, en ningún momento ha dejado de lado su carrera personal como cantautora que bebe en las más diversas fuentes de la tradición. Y al llegar la hora de grabar su cuarto disco ha decidido formar un trío que yo me atrevería a calificar de tan elemental como excepcional, en el que ella canta y toca la guitarra junto a Miriam Encinas (dilruba, viola medieval, flautas y percusión) y Aleix Tobias (batería y percusión). Juntos, han elaborado una obra que escapa a concepciones más o menos coyunturales, porque es atemporal e infinita en su concepción.

Efectivamente, Desirem es un CD sin edad y sin espacio; es un trabajo sencillo, delicado, intimista y a la vez repleto de expresiones y matices que te hablan a la oreja en catalán, castellano y occitano, ya sea mediante las composiciones de la misma Rusó, las adaptaciones de un par de melodías argelinas pertenecientes a la tradición árabo-andalusí, o a la inspiración que produce el medieval Llibre d’amic e amat de Ramon Llull, o a la versión de un poema de la trobairitz Bieris de Roman, o a la recuperación de la pieza sefardí Morenika.

Con este conjunto de temas, que a priori pueden parecer tan dispersos, la compositora e intérprete ampurdanesa ha realizado un trabajo cohesionado y personalísimo, con unos textos en que la naturaleza es una referencia constante y que, como es lógico en una mujer con sus orígenes, rebosa mediterraneidad por los cuatro costados. Ahora bien, lo que no encaja de ninguna manera en esta propuesta es la ilustración de la portada y el diseño del cuaderno del disco.