De alcohol y desamor
Geomuse 2024
Hay un tango para el espectáculo, con brillos de salón y efectos dramáticos. Y luego está el tango underground, íntimo y sin partitura, tal como se tocaba a principios del siglo XX y aún se interpreta en los clubes porteños. Este último es el que reivindica Tablao de Tango, un colectivo unido por el espíritu de compartir e improvisar. Sin una estrella única, pero con una mano llena de solistas argentinos renombrados, que aquí se encuentran reunidos para disfrutar de una buena compañía. El maestro Rudi Flores, con su guitarra, reina de las sesiones improvisadas, es el anfitrión de estos encuentros sincréticos. Sus entonaciones folklóricas, impregnadas de chamamé, enriquecen el sonido del grupo.
El primer álbum de Tablao de Tango, De Alcohol y Desamor, es una obra que encapsula la esencia del tango rioplatense en su forma más pura. Walter «el Chino» Laborde, Franco Luciani y Rudi Flores lideran este proyecto, cada uno aportando su maestría y estilo distintivo para revivir el tango en su estado más crudo y auténtico. Laborde, con su voz profunda y telúrica, Luciani, maestro de la armónica, y Flores, guitarrista de renombre, crean una sinergia que trasciende el tiempo y nos transporta a las tabernas de Buenos Aires de finales del siglo XIX.
El álbum arranca con «Sin Lágrimas«, una pieza que, entre la nostalgia de la guitarra y el lamento de la armónica, establece el tono melancólico y visceral del disco. La voz de Laborde, cargada de emociones, nos envuelve en un blues porteño que evoca los rincones más oscuros y auténticos de la ciudad.
En De Alcohol y Desamor, la ausencia del bandoneón, reemplazado por la armónica, marca una diferencia notable en la paleta sonora del grupo. Este cambio obliga a los músicos a despojarse de todo adorno superfluo, llevando cada nota a su máxima expresión emocional. Así, temas como «La Cumparsita» y «Vuelvo al Sur» de Piazzolla, reinterpretados con una desnudez impresionante, nos dejan sin aliento, destacando la habilidad interpretativa de Laborde y Sandra Rumolino, y la musicalidad sublime de Luciani.
El álbum no sólo rescata la esencia del tango, sino que lo revitaliza con un enfoque minimalista y sincero. Canciones como Olvido y Milonga de Don Taco nos sumergen en historias de desamor y soledad, interpretadas con una autenticidad que se siente casi tangible. El cierre con Occitango, una pieza vibrante y dinámica, reafirma la capacidad del grupo para fusionar tradición y frescura en un homenaje al tango más puro.
De Alcohol y Desamor es un viaje musical que, a lo largo de quince temas, nos transporta a una Buenos Aires auténtica y sin filtros. Es una obra que celebra el tango en su forma más genuina y emotiva, ofreciendo una experiencia auditiva que es tanto un tributo a sus raíces como una renovación para el oyente contemporáneo.