A-Free-Kan Jazz Dance Big Band
Omix Records 2019
Antes de acometer la andadura por este A-Free-Kan Jazz Dance Big Band me pregunto con qué Ximo Tébar me encontraré. Ya que si bien el músico valenciano ha mantenido unas constantes en su sonido, su producción discográfica se ha movido por diferentes formatos y territorios sonoros. Reconozco que a mí, siempre me ha gustado más el Ximo que, por decirlo de alguna manera –seguramente reduccionista– se mueve por territorios que podríamos considerar más bien mainstream. Más alejados de mis gustos, son los trabajos de Tébar que se inclinan hacia un jazz fusión con acentos mediterráneos.
Tras la escucha del álbum, tengo la agadable sensación de que el disco ha roto mis esquemas con sus siete cortes, muy diversos dentro de un recorrido orgánico en el que siempre notas la mano de Ximo, incluso cuando su guitarra da un paso atrás para cederle el protagonismo al resto de la banda. En esa diversidad encuentro puntos fenomenales y unos pocos que no acaban de ser de mi agrado, pero la impresión general me resulta muy satisfactoria.
Más de treinta músicos y bailarines integran este proyecto en el que una big band con un puñado de estupendos solistas de jazz se cita con voces, percusiones y danzas africanas con la dirección y los arreglos de un Tébar entusiasta e inspirado. Tras ser aplaudida en una serie de presentaciones en directo, la formación ha dado a luz este trabajo discográfico en el que se alternan temas registrados en estudio y en directo.
El CD abre su repertorio con una animosa ‘Peter Gunn’ en la que la big band, tras una deliciosa introducción del flautista Andrés Belmonte, se pasea por la composición que Henry Mancini creara para aquella serie, nacida a finales de los años 50, que ha conocido un gran número de versiones. En el cuadernillo de esta edición, Pruñonosa hace referencia a la que registraron Emerson, Lake & Palmer, pero la versión de Tébar a mí me recuerda al tórrido registro de Jeff Beck con Trombon Shorty, aunque, fiel a su personalidad, Ximo le imprime a su lectura un sonido más depurado. En ese sentido, encuentro más conectada la guitarra limpia del valenciano con la ‘Peter Gunn’ que registró Mundell Lowe. Los solos de Víctor Jiménez (saxofón) y el propio Tébar (con guiños al original de Mancini) le imprimen, a este primer corte, un fuego que nos anticipa el clima que impregnará gran parte del disco.
Continúa la celebración con un tributo a Ellington, Caravan Nazarí, en el que brillan, el violonchelo de Matthieu Saglio, la guitarra de Ximo y la trompeta de David Pastor sobre unos metales y una sección rítmica impecables.
No experimento el mismo placer con Velours, más alejada de mis gustos. Los arreglos llevan la composición de Anomalie a un cruce de sonidos ambient, fusión, funky… Tras una sugerente introducción, los juegos del teclado acaban por resultarme algo cargantes.
Recobro el entusiasmo con una contagiosa Summertime (G. Gershwin) en la que los estupendos solos de Tébar interactúan con la voz desenfadada de Vinx (colaborador de músicos como Herbie Hancock, Stevie Wonder o Sting).
Encuentro que el disco llega a su clímax con una elaborada Con alma, de Gillespie, en plan “pseudo bulería” (de la que ya habíamos tenido noticias en Con Alma & United). Ximo se luce en directo con su guitarra y con unos arreglos que son canela fina.
No se queda atrás la espléndida versión de Always and Forever (Pat Metheny), un oasis de deliciosa y aparente quietud en la que el virtuosismo de Tébar encuentra un socio de lujo en el piano de Mariano Díaz. El resto de la banda los envuelve en un entramado de sutilezas rítmicas admirable. No resisto la tentación de volver a escuchar este corte una y otra vez. Chapó.
Los dos últimos cortes están empapados de ingredientes africanos. La gran Footsprints de Shorter –en la que solean con señorío las cuerdas de Saglio, el trombón de Carlos Martín y el saxofón de José Luis Granell– está salpicada de voces que me adentran en una selva de ritmos negros. Y ya para cerrar con un ambiente festivo, el repertorio desemboca en el hit afro-pop y setentero de Miriam Makeba, Pata Pata, en directo y con la voz de Kwami Mensah.
Así, este A-Free-Kan Jazz Dance Big Band es una nueva muestra del talento, la diversidad y el potencial que encierra el jazz hecho en nuestro país, en este caso en la fértil escena valenciana. Un disco, con grandes momentos, que seducirá no sólo a los seguidores habituales de Ximo Tébar.