Quienes hayan disfrutado en directo de los conciertos de Sandra Rehder conocen de primera mano su amor por la poesía. Entre tangos y milongas, no suelen faltar sus deliciosas interpretaciones de poemas propios y ajenos. Aquí la encontramos junto a Alejandro Crimi, escritor que en estos días presenta su libro Negra Guacha [Memorias de Ada Matus] y autor también de títulos tan diversos como Bolsa de gatos (1999, relatos), Cachondeos (2004, dibujos y aforismos eróticos), Jorge Contreras, peregrino de las arenas (2007, biografía) y Jo no hi era però me’n recordo. Hagiografia de Quico Pi de la Serra (2014, biografía).
A través de casi cien páginas ambos juegan a intercalar sus voces a través de seis apartados temáticos: Arte poética, Desencuentro, Erotismo, Realidad, Amor/Desamor y Delirio. Aunque como es lógico suponer, a veces son lábiles las fronteras entre ellos y a menudo encontramos huellas de un tema en otro.
En cuanto al aspecto formal tanto Rehder como Crimi se dejan llevar sin atarse a formatos preestablecidos. Así encontramos trabajos de diferentes extensiones que de pronto transitan por la prosa poética, exploran la fugacidad del micropoema (“Cuando debería dormir / te sueño / y cuando duermo / también”), se asoman al aforismo (“La poesía consiste / en tensar el lenguaje, / hasta que la retórica / huya despavorida”) o coquetean con el microrrelato (“Yo creía / que lo había visto / casi todo // hasta que desprevenida / me caí en tus ojos”).
Como bien señala el filólogo y poeta barcelonés José María Micó en el prólogo, «con contundencia se hace oír la voz sensual y precisa de Sandra Rehder en su capacidad evocadora y sentenciosa (…) con sensualidad se impone la moralidad inteligente y la conciencia retórica de Alejandro Crimi. Con modulación diversa, en una y en otro hay compromiso, y deseo, y humor, y lujuria, y afecto (…)». Encontrarse con En contra dos es una experiencia muy recomendable.
Sandra Rehder / Alejandro Crimi
En contra dos
Prólogo: José María Micó
Gorbs Edicions. Barcelona / Málaga
144 páginas.
Gramática del encuentro
Para que dos personas
se puedan encontrar
hace falta un accidente,
un tropezón del destino,
relojes atrasados,
y una gran ingenuidad
flotando sobre la noche.
Lo lógico y normal,
aquello que responde
a la naturaleza humana,
lo que fluye desde siempre,
es la sustancia fresca
del desencuentro.
Por eso los inconformistas
provocan accidentes,
hacen locuras
o trasgreden el tiempo.
Son simples intentos
de combatir la soledad.
Alejandro Crimi
* * * * *
No tengo palabras
Solo sé decirlo
con el temblor del cuerpo
Sandra Rehder
* * * * *
Eufemismo
Donde dice
«por amor al arte»,
se debe leer
«por pánico al olvido».
Alejandro Crimi
* * * * *
No puedo llamar duermen
No puedo llamar duermen
hay cuatro horas que separan
no puedo verlos ahora
hay tierra mar tierra otra vez
no puedo escucharlos
tantos vientos nos confunden
no puedo mostrarles cómo llevo
de la mano a mi hijo a la escuela
no puedo perder una tarde
mirando cómo cae y se confunde
la lejanía incendiada en el silencio
para que llegue la noche estelar
mientras mis amigos de ojos grandes
me invitan al brindis al tanto al desvelo
no puedo muchas cosas durante
muchos meses días horas años
pero
yo sé que una vez inauguramos
algo que aún no sé bien precisar
si vasija manta olla humeante
o mano silencio bienvenida
algo que hicimos que no tenía propósito
pero fue mirándonos a los ojos
y llorando a veces hasta de alegría
fue el pan en la mesa y el vino
las cosas por hacer y las vividas
sabernos siempre cerca protegidos
y en el temblor íntimo sin testigos
presentir este amor tan definido
que al fin no necesita nada más
que ser crecer y haber sentido
la verdad amarse sin permiso
hasta hacernos inviolables al olvido
Sandra Rehder