Y la verdad es que se nota el paso de tiempo. Se nota mucho. Principalmente porque en 1977 se vivían tiempos de (otra) inmediatez política y cultural. La muerte de Franco todavía era algo reciente, la dictadura todavía se palpaba y por aquel entonces la democracia asomaba la cabeza con unas primeras elecciones. Mientras tanto, los cantautores veían como se les agradecían los servicios prestados durante los tiempos en que tan necesarios fueron y, como quien dice, discretamente se les enviaba al desván de los trastos viejos. De todo esto hablan Galeano y Raimon en una charla que ya da a entender lo que sería el famoso desencanto que produjo la llamada transición.
Pero no todo se acaba ahí, porque los dos interlocutores mantienen, por ejemplo, una interesante conversación sobre el papel y el valor de los juglares y los trovadores, los medievales y los contemporáneos, pasando de Ausiàs March a Salvador Espriu. Y también debaten sobre la poesía en general, la clásica y la contemporánea, la castellana y la catalana. Ahora bien, cuando el autor de Las venas abiertas de América Latina le pregunta al compositor de Diguem no por qué canta en su lengua demuestra una ignorancia sobre una cuestión que debería estar más que superada, tratándose de un intelectual de su categoría. Por eso, Raimon le responde que por qué él mismo no escribe en inglés en lugar de hacerlo en castellano si así lo podría entender más gente. Igualmente, el uruguayo podría haberse documentado un poco más para hablar sobre la estructura de las clases sociales y otros aspectos de la vida catalana.
Otra cosa es el inexplicable texto que aparece en la solapa del libro refiriéndose al propio Raimon. En primer lugar, porque este señor nunca ha cantado un verso del prosista Josep Pla, si es que existe algún poema suyo. Y en segundo lugar, porque decir que el intérprete manifiesta su “reserva frente a las tesis del nacionalismo político de corte más burgués” -como si sólo existieran nacionalistas de ese tipo- es una afirmación del todo equívoca y sesgada, ya que, como se comprueba páginas adentro, Raimon defiende al carácter popular de dicho nacionalismo, mientras que, por el otro lado del espectro ideológico, llega a criticar “cierto marxismo vulgar” que ha llegado a afirmar que desparecerían las características nacionales, cuando, según él mismo dice, “el proceso histórico nos demuestra lo contrario”.
Conversaciones con Raimon – Eduardo Galeano
Gedisa, 2017