Ernesto Baffa había nacido el 20 de agosto de 1932. Fue director de orquesta y compositor, pero sobre todo, un bandoneonista exquisito. Con tan sólo 15 años debutó en la orquesta de Héctor Stamponi, y en 1953 ingresó en la de otro prócer, Horacio Salgán, sustituyendo como primer bandoneón nada menos que a Leopoldo Federico.
Su pase a la orquesta de Aníbal Troilo en 1959 marcó uno de los puntos más altos en su carrera profesional, ya que permaneció en la renombrada típica de “Pichuco” durante casi 15 años. “Estar en la orquesta de Troilo era como tocar el cielo con las manos”, confesó alguna vez Baffa con genuina admiración. Aún integraba esa agrupación cuando, en 1965, conformó un trío con su par Osvaldo Berlingieri y el contrabajista Fernando Cabarcos, que una vez desvinculado de Troilo se transformó en el dúo Baffa-Berlingieri, una de sus asociaciones más recordadas, que grabó memorables páginas con Roberto Goyeneche.
Baffa pasó además por las formaciones de Francini-Pontier, Alfredo Gobbi, Pedro Láurenz y Pedro Maffia, y compartió estudios de grabación y escenarios con el ya mencionado Goyeneche, Roberto Rufino, Astor Piazzolla y Ubaldo de Lío. Su larga trayectoria deja un legado de más de 60 discos grabados, entre los que figuran clásicos como Ritual, Chumbicha y Boulevard.
Ya en la última etapa de su trayectoria participó en el filme Café de los Maestros (2008), un proyecto de Gustavo Santaolalla y Miguel Kohan, junto a otras glorias del género como Mariano Mores, Horacio Salgán, Leopoldo Federico y Atilio Stampone.
De los muchos homenaje que recibió en vida, el último fue la película documental Ernesto Baffa, Poesía de bandoneón, producida por The Argentine Tango Society y dirigida por Daniel Tonelli y Marcelo Turrisi.
Mariano Mores fue una verdadera leyenda del tango, un artista completo: pianista prodigio, gran compositor, e incluso galán de cine. Pero sin duda será más recordado como autor por las célebres duplas que formó con los grandes letristas del género. Con letra de Enrique Santos Discépolo compuso clásicos como Uno y Cafetín de Buenos Aires; con José María Contursi, Grisel y En esta tarde gris; con Cátulo Castillo, El patio de la morocha; con Enrique Cadícamo, Copas, amigos y besos, y junto a Homero Manzi, Una lágrima tuya.
Nacido Mariano Alberto Martínez el 18 de febrero de 1918 en el porteño barrio de San Telmo, Mores compuso además tangos tan recordados como Cuartito azul, La calesita, El firulete y Por qué la quise tanto –ambos con letra de Rodolfo Taboada- o Taquito Militar, la conocidísima milonga que simbolizó su ambicioso proyecto de vincular lo culto con lo popular, y que tuvo un paradójico derrotero: censurada al principio por el gobierno militar surgido del golpe de estado de 1955, terminó siendo votada, en el 2000, como “Mejor milonga del siglo”. A esta lista, inevitablemente incompleta, no puede dejar de agregarse Adiós pampa mía, el tango campero compuesto con Francisco Canaro, uno de los más difundidos de la historia.
A lo largo de su dilatada trayectoria, Mores también se desempeñó como arreglista y director de varias agrupaciones. Destacó con su Sexteto Rítmico Moderno –donde ya en 1963 se atrevió a incorporar guitarra eléctrica, órgano, batería y percusión– pero también se aproximó al tango con una mirada sinfónica, como en su Orquesta Lírica Popular, creada en 1950. Él mismo describió su manera de entender el tango en el prólogo al libro Cien tangos fundamentales: «El tango es un sentimiento… nace entrelazado con arrabal, esquina, farol y lengue, y en su “mezcla milagrosa” sale a ganar el mundo; porque consideramos que los grandes tangos son aquellos que silba el pueblo, pero que también trascienden las fronteras… Uno, Adiós pampa mía, Taquito militar, Tanguera y varios otros, me han dado muchas satisfacciones. Esas obras han dado la vuelta al mundo… tangos internacionalmente célebres, pero antes, grandes “clásicos del silbido porteño” que representan por siempre el alma y la esencia argentinas».
Sus composiciones fueron interpretadas por grandes artistas del género rioplatense, entre los que podríamos citar a Aníbal Troilo, Osvaldo Pugliese, Horacio Salgán, Astor Piazzolla, Roberto Goyeneche, Edmundo Rivero, Alberto Castillo, Hugo del Carril, Julio Sosa, Susana Rinaldi, el Sexteto Tango, Rubén Juárez, Adriana Varela y Sandra Rehder entre muchos otros, y revisitadas por músicos de estilos tan diversos como Luis Alberto Spinetta, Fito Páez, Mercedes Sosa, Adrián Iaies, Martirio, Chano Domínguez, Lito Vitale, Andrés Calamaro, Arturo Sandoval, Diego El Cigala, Osvaldo Fattoruso o Juan Carlos Baglietto.
España fue también hogar de este músico durante siete años, de 1929 a 1936. Aquí, Marianito obtuvo una beca en la Universidad de Salamanca para perfeccionarse como pianista clásico, pero ganó fama de niño prodigio presentándose como Lolo, el compositor relámpago, capaz de improvisar una canción a partir de dos o tres notas que le sugería el público.
Después de haber realizado giras por innumerables países del mundo, incluyendo una maratónica por Japón de 42 conciertos, de haber actuado en escenarios tan prestigiosos como el Lincoln Center de Nueva York y el Royal Festival Hall de Londres y con más de 300 grabaciones en su haber, el maestro le dijo definitivamente adiós a los escenarios en 2011, con dos multitudinarios conciertos en el teatro Gran Rex de Buenos Aires. En agosto de 2015, Mores tuvo su gran homenaje en vida durante la apertura del Festival y Mundial de Tango de la Ciudad. Fue en el Teatro Colón, el lugar donde precisamente fueron despedidos sus restos. Como esa noche no pudo estar presente, grabó un audio con un saludo: «Buenas noches amigos de siempre. Les dejo mi corazón, quedan en compañía de mi orquesta».
Escucha aquí las composiciones de Mariano Mores:
Escucha aquí el bandoneón de Ernesto Baffa: