Karonte
Mi calle no tiene nombre 2023
Con la producción ejecutiva de Jesús de Fariña y la musical de Jesús Bola se talla y cincela a conciencia “Mi calle no tiene nombre”, una obra flamenca nueva con aire antiguo, composición moldeada y esculpida sobre el pedestal de la tradición, o lo que es igual: guitarrista y cantaor, pero sujeta con el armazón de sonidos de metales, amarres de cuerdas y andamiajes tecnológicos actuales que, no por ello, restan importancia o contenido a lo que se quiere mostrar en la escultural voz de Juani Mora, un joven flamenco de garganta vieja fundida de pureza, artista llamado a rotular con nombre propio y con letras mayúsculas la calle por la que transita que, no es otra, que una vía iluminada con luz natural de lo que se canta por lo que se siente, se vive o se sueña.
Y en ese sueño de calles, donde la suya aún permanece sin nombre ni apellidos, se arriesga a decir cantando por derecho que también es y se llama flamenco una canción andaluza, unas sevillanas, una rumba de toda la vida o un bolero hasta llegar al nueve, que es el número de temas que abarcan los “palos” flamencos que la conforman, pasando por la puerta de la seguiriya y la cabal, las aceras de las alegrías, serias barandillas de cantes de Trilla, los alegres escalones de la bulería trianera y los bordillos de los tientos a uno y otro lado de esta calzada.
Las calles pertenecen a los barrios, los barrios a los pueblos y los pueblos a los hombres que los conforman, pero deben entre todos llevar un hilo conductor que los asocie, sea el caso que nos ocupa, pátina en las manos de Twolovers en coproducción con Karonte, cómplices y por tanto participes de esta obra de arte que ahora se nos muestra en otras calles, en otros barrios, en otros pueblos y para otros hombres, canon, sin duda, de las proporciones, perfil exacto de un modelo original.