Delta – Izcuñigo

19/05/2022 - Diariofolk
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Izcuñigo
Izcuñigo
Producción independiente 2022

Dice una leyenda que el Izcuñigo es un pájaro que habita el estuario interior del Delta del Río de la Plata y se alimenta de animales venenosos como el escorpión, las víboras y todos los seres temibles y estancados del inframundo.

Izcuñigo es el nombre que eligieron los argentinos Leonardo Marconi e Ignacio Oroná para denominar al dúo que decidieron formar en el año 2020 (en pleno contexto de pandemia) en la creencia de que “el pájaro Izcuñigo, al destruir lo que envenena a su ambiente sin morir en su misión, simboliza la libertad que necesitan los artistas para crear y vivir con nuevos abordajes e ideas que honren al pasado, pero sin detenerse en él ni descender al inframundo, confundiendo el camino. Porque en todas las comunidades artísticas hay capas sociales y creencias estancadas que traban y cierran ventanas al mundo nuevo y les quitan el oxígeno creativo para subsistir y progresar”.

La formación se creó con la intención de aportar una mirada original y propia sobre la música del tango y eso es lo que intenta demostrar en Delta, su primera obra discográfica.  Ambos músicos componen e interpretan tanto arreglos modernos de tangos antiguos como obras nuevas, que crean individualmente o en colaboración mutua. Entre los primeros, el álbum aborda tanto compositores tradicionales como Carlos di Sarli y Enrique Delfino hasta renovadores como Troilo, Piazzolla o Eduardo Rovira. El arreglo sobre el antiguo tango de di Sarli, Bahía Blanca, es tal vez el más representativo del espíritu del trío, con transformaciones melódicas y una armonización más cercana al jazz. Mientras que Delta, el tema compuesto por Ignacio Oroná que le da nombre a la placa, muestra influencias de la primera época de Génesis y del tango en general.

El dúo trabaja con distintos contrabajistas, todos ellos en calidad de invitados, con lo que deviene en un formato trío que les posibilita explorar distintas y eclécticas sonoridades en el escenario del tango, sin perder de vista la esencia del género. Emilio Longo, Hernán Maissa y Cristian Basto son los tres contrabajistas del álbum que aportaron su mirada particular y su personal forma de tocar tango. El contrabajo merece una mención especial en esta obra, ya que no solo colabora este timbre con su función tradicional en el tango, sino que también tiene una función melódica que se asemeja más a la sonoridad de un chelo.

En esta propuesta el grupo apuesta a la exploración sonora de cada instrumento: hay muchos solos de cada timbre, especialmente de piano y bandoneón. Asimismo, se aborda la búsqueda artística de las distintas texturas sonoras, alternando entre acompañamientos, pasajes de solos y contracantos, entre otros aportes.

Leonardo Marconi e Ignacio Oroná, pianista y bandoneonista de Izcuñigo respectivamente, convergieron en este proyecto después de largas trayectorias propias que los llevaron por diferentes agrupaciones. Leonardo es hijo del célebre bandoneonista Néstor Marconi, junto al que participa en diversas formaciones. También se desempeña con agrupaciones propias como el Dúo Leonardo Marconi & Esteban Falabella, o con su propio Cuarteto. Ha realizado ciclos de conciertos de piano solo ejecutando obras de compositores clásicos y grabado discos con artistas locales e internacionales tales como Yo-Yo Ma, Lalo Schifrin y Adriana Varela, así como también música para películas. Realizó giras por Europa, Asia, América y Oceanía; fue pianista de la Orquesta del Tango de la Ciudad de Buenos Aires y de la Orquesta de Música Argentina Juan de Dios Filiberto y reemplazó al piano nada menos que al maestro Horacio Salgán en el Quinteto Real. La lista de artistas con los que tuvo oportunidad de actuar es extensísima: en ella destacan nombres como Atilio Stampone, Julián Plaza, Leopoldo Federico, Cacho Tirao y los cantantes Roberto Goyeneche, Jorge Sobral, Argentino Ledesma, Eladia Blázquez, Litto Nebbia, Fito Páez y María Marta Serra Lima.

Ignacio Oroná, por su parte, comenzó sus estudios de bandoneón a la edad de 16 años con el polifacético artista Tomi Lebrero y más adelante fundó el Quinteto Timotteo, colectivo con el que editó dos discos y recorrió países como Uruguay, España, Inglaterra, Suecia, Alemania, Dinamarca, Holanda y Turquía.

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