Carta abierta

27/08/2012 - Viejo Gañán
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Madrid a, 15 VIII MMXII

 Estimado sobrino:
Te respondo en la presente forma —espero don Carlos Monje considere su publicación— y además por correo tradicional recibirás copia en papel, y te adjunto “Tránsito” de Luis López Álvarez, editado por Joaquín Mortiz, México 1979, y “Examen de Ingenios para las ciencias” (facsímil, también incluyo la edición en Colección Austral, 599) de Juan de Huarte. Recuerdos para los padres.
Paseaba por el río Manzanares y aprovechaba para comentar al mismo tiempo que seguía dando vueltas a tu pregunta. Teníamos una conversación, para nada era una sucesión de monólogos, una de las formas más clásicas de hablar en España. Ya habían pasado varios días desde tu cuestión y de pronto surgió así como una luz en la cabeza, quizá una respuesta condicionada por una frase de la persona que me acompañaba: “¡Nos están prohibiendo vivir!”. Esas cuatro palabras anteriores junto a “tío, ¿qué canción podría usarse para que la gente o el personal, como dices, se movilizase y no únicamente para las manifestaciones, en la situación actual?”
Para empezar los padres, y no digo ya los abuelos, estamos más dispuestos que vosotros y no solo indignados… Durante años, generaciones de jóvenes han ido ocupando según edades, preparación y valía —aquí se podrían poner muchos peros, no es el tema ahora— sus puestos en colegios, institutos, universidades, trabajos… Los más atrevidos, generando sus propios huecos de producción: talleres, oficinas, comercios, organizaciones de venta y todo lo que la imaginación sea capaz de dar de sí.
Y ahora, después de lustros y más lustros de repetirnos “tenemos los jóvenes mejor formados que nunca, nuestro sistema bancario y financiero es tan bueno que parece de Venus o cualquier planeta cercano”, que también venía cosido a “total, por el sueldo de treinta años tendrá usted una vivienda que será la envidia de sus familiares, amigos y compañeros, ¿no va ser usted valiente?, mire, ya está todo vendido menos cinco pisos, uno el que usted se queda si da cuatro millones de nada…”, el resultado ha sido que se deben cientos de miles por algo que vale… bueno, ahora ni cotiza: hoy X, mañana X menos % y, aún peor, tienden a valor cero con gastos, sobre todo los que son propiedad de ciudadanos.
Quizá, como mantiene mi amigo Jesús y no únicamente él, es tanta aldea global, tanta comunicación instantánea, mucha noticia y poca información.
No quiero seguir ni un instante más, vamos a la canción que pensé a tu pregunta. Además, estamos en una revista de música. La canción se titula “Prohibido olvidar” y pertenece al disco Caminando (1991), de Rubén Blades. Dos años llevaba el panameño sin grabar, pero de pronto nos entregó una maravilla. Por entonces, los discos se editaban en cinta, vinilo y CD. Ahí estaba la canción de referencia, te dejo aquí la letra, quizá la canción a fecha de hoy podría estar un poco olvidada. Sacudía como un puñetazo y quizá en este inicio del XXI el cachete podría ser colectivo. Escucharla y despertarse el interior —es un reloj, incluso biológico, con alarma— la conciencia, razonar, comparar… y empezar a moverse las tripas. Sí, creo que es una especie de despertador de dignidades.
Desde que vino a mi encuentro la escucho a diario, por lo menos una vez, y comprendo lo que me contaba Bernardo Fuster: “En el futuro no se podrá entender la historia de América sin escuchar a Rubén Blades”. Sirve para América, pues entonces también para España, Europa…
La canción, escrita para una época convulsa en Panamá, tiene ritmo. ¡Es de Rubén Blades!, lo que significa que puede usarse perfectamente para manifestaciones, reclamaciones y buenas prácticas de protesta. No solo pondrá “pies” para el camino, sino que además tendrán alegría y cadencia —y bailando se enriquece la musculatura entera— e incluso podríamos usar instrumentos, bien de fortuna o normalizados, de percusión.

 Prohibido olvidar

Prohibieron ir a la escuela e ir a la universidad
Prohibieron las garantías y el fin constitucional.

Prohibieron todas las ciencias, excepto la militar.
Prohibieron el derecho a queja, prohibieron el preguntar.
Hoy te sugiero, mi hermano, pa’que no vuelva a pasar. 
¡Prohibido olvidar!
¡Prohibido olvidar! 

Prohibido esperar respuestas. Prohibida la voluntad.
Prohibidas las discusiones. Prohibida la realidad.
Prohibida la libre prensa y prohibido el opinar.
Prohibieron la inteligencia con un decreto especial.
Si tu no usas la cabeza, otro por ti la va usar.
¡Prohibido olvidar!
¡Prohibido olvidar!

Prohibido el derecho a huelga y el aumento salarial.
Prohibieron ir a la calle y al estado criticar. 
Prohibieron reírse del chiste de su triste gobernar.
Prohibieron el desarrollo del futuro nacional.
Yo creo que la única forma de darle a esto un final es:
¡Prohibido olvidar!
¡Prohibido olvidar!

Prohibieron los comentarios sin “visto bueno” oficial,
Prohibieron del rebelarse contra la mediocridad.
Prohibieron las elecciones y la esperanza popular.
Y prohibieron la conciencia, al prohibirnos el pensar.
Si tú crees en tu bandera y crees en la libertad:
¡Prohibido olvidar!
¡Prohibido olvidar!

Pobre del país donde lo malo controla,
donde el civil se enamora de la corrupción.
Pobre del país alienado por la droga,
porque una mente que afloja, pierde la razón.
Pobre del país, que con la violencia crea
que puede matar la idea de su liberación.
Pobre del país que ve la justicia hecha añicos
por la voluntar del rico o por orden militar.
Cada nación depende del corazón de su gente.
Y a un país que no se vende, nadie lo podrá comprar.

¡No te olvides!
¡No te olvides!

Incluyo tres versos de un poema de Gabriel Celaya, “España en marcha” (Cantos Iberos, 1955).

¡A la calle!, que ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo.

Soy consciente de que muchos versos no son aplicables aquí y ahora; esa suerte tenemos, otros pelearon antes, lo sé… Conozco tu capacidad, habilidades y buen manejo con los teléfonos portátiles; esos que tienen güeb.
Según transcribía la canción no he podido evitar recordar -es más, me ha reconfortado- las veces que el abuelo y yo discutíamos sobre la autarquía. ¿Y si ahora fuera necesario un poco de ella? Tenemos empresas, talleres, sabemos que la sociedad y la industria tienden a ajustarse solas. Quizá necesitamos que las bombas estén hechas en Alcobendas, los electrodos en Gijón, los amortiguadores en Torrijos, las camisas en Sabadell, los vendajes en Novés, y así… Salir a vender por el mundo, antes lo hacíamos sin idiomas. ¡¡Yo que sé!! Soy un gañán.
Pasa a saludar y darme un abrazo, no te hagas de rogar y te llevas el disco; te gustará tenerlo cuando te instales en Alemania. Claro está, en caso de que estés dispuesto a esa partida de ajedrez que lleva mucho tiempo aplazada.
Tu tío, Viejo Gañán.

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Hay 2 comentarios. ¿Quieres dejar el tuyo?

  1. Carmelo Muela

    Muy buena, esta canciòn, gracias por darnos la oportunidad de conocerla, desde benidorm un saludo.

     
     
  2. COMO SIEMPRE TUS COMENTARIOS Y ESCRITOS SOBRE EL FOLK, LA MÚSICA, LA JUSTICIA, LA LIBERTAD Y… DE LA VIDA MISMA, LLENOS DE AMOR SABIDURÍA. GRACIAS VIEJO AMIGO.
    NINO

     
     

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