De entre los muchos grupos que impactaron a un joven Eliseo Parra cuando vivía en el ambiente hippie de Barcelona e Ibiza, Crosby, Stills, Nash and Young fueron de los más importantes. En 1970 grabaron Deja vú, que incluía una canción, «Woodstock», que rememoraba su mítica actuación en el Festival de aquella localidad un año antes.
Tribus hispanas (1998), posiblemente su disco más decisivo, Viva quien saber querer (2002), Diez (2008), que celebraba el décimo aniversario de Tribus, proyectos como Tactequeté o su participación en el disco Canciones tradicionales riojanas (2012), así como el disco de Coetus titulado de igual manera y publicado tres años antes, son solo una mínima muestra del contenido del disco que acompaña a la biografía.
Entre mediados de la década de 1980 y la grabación de Tribus, Eliseo se dedicó en profunidad al estudio de la música tradicional y al trabajo de campo junto al etnomusicólogo Jose Manuel Fraile Gil. Uno de los discos que editaron fue Arboleras (canciones y coplas sefardíes de tradición oral) de 1996, acompañados de la también investigadora Susana Weich-Shahak.
Y para cerrar el círculo, otro de sus grandes maestros, Agapito Marazuela. La «Entradilla castellana» es una de las piezas más representativas del cancionero tradicional castellano.
Fotografía de Carlos Monje