El quinto y último disco del músico vallisoletano Angel Lévid se titula A caramelo, un disco muy personal, y en él que transforma, en canciones, aquello que le afecta emocionalmente. Así, encontramos una canción premonitoria escrita unos días antes del confinamiento, Ya no hay besos en mi cara; una dedicada a los niños, la que da título al disco u otra de decidida y clara denuncia de la violencia de género, Grita. En báilalo y cántalo homenajea al baile y al cante, y cuenta con la colaboración al violín, de José Climent, uno de los músicos invitados. Otros son su compañero en Mirando Nubes, el clarinetista Héctor López, Carmen Martínez Salazar y Juan José Robles.
Y cuenta, sobre todo, con los músicos que le acompañan en el Lévid Cuarteto Folk: Mario Castán, instrumentos de viento; César Gutiérrez, percusiones y Miguel Angel Tabarés, bajo y coros.
En 1993 una jovencísima Dulce Pontes sorprendió con un disco en el que recreaba algunas de las más conocida canciones de Amalia Rodrigues y de José Afonso, canciones de autoría propia de este último como Os indios da meia praia y otras basadas en el acervo popular, como Achégate a mi Maruxa.