Mara Aranda es una de las intérpretes más internacionales surgidas de la escena española. Ha abordado en sus programas músicas turcas, griegas, occitanas, cantigas, repertorio de trovadores y sefardíes, transmitiendo una fuerte carga emocional e identidad mediterránea.
Sefarad en el corazón de Grecia es el tercer volumen de la pentalogía sonora que revaloriza la cultura sefardí, forjada tanto en el solar ibérico como en las diferentes Geografías de la Diáspora. con ejemplos de romances, de canticas y de canciones.
Los dos primeros volúmenes de Mara Aranda de la colección fueron galardonados con el título al ‘mejor disco europeo’ por la Transglobal World Music Chart, en sus respectivos años de lanzamiento.
Conciertos por toda Europa, Asia y Marruecos avalan su trayectoria profesional y la han hecho merecedora de varios galardones, premios y reconocimiento por parte de prensa y medios especializados nacionales e internacionales.
Como investigadora e intérprete de música sefardí, Mara Aranda, pone de relieve la importancia de unas músicas y cantos que han formado parte de la vida de los judíos españoles en la Península, hasta el siglo XV, y en el norte de África y el antiguo Imperio Otomano posteriormente. Los sefardíes son los descendientes de los judíos españoles que fueron expulsados en 1492 y que conservaron sus ritos, tradiciones, cultura, canciones y lengua en los nuevos lugares de asentamiento, enriqueciéndola con elementos autóctonos.
Mara Aranda ha dedicado cuatro discos al repertorio sefardita: ‘Música i cants sefardís d’Orient i Occident’ (Galileo-mc, 2009), Sephardic Legacy (Bureo Músiques 2013) y ‘La música encerrada’, junto a Capella de Ministrers (2014) y Sefarad en el corazón de Marruecos (2017), disco que fue reconocido por la TWML como ‘mejor disco de Europa’ del año de su lanzamiento, quedando asimismo en la novena posición de toda la producción musical anual.
Su trabajo de investigación la ha llevado a viajes de residencia en Salónica (Grecia), Estambul (Turquía) y Jerusalén (Israel), previos a la grabación de estos trabajos, para recabar información, de fuentes documentales originales, en las comunidades que todavía conservan y completar el repertorio musical que no puede entenderse desligado de su contexto histórico, antropológico y cultural.
La lengua de los judíos sefardíes es el judeoespañol, ladino, djudezmo, yahudice o haketia (en Marruecos) ‘Se trata de una lengua arcaica más próxima al castellano de El Quijote que al español actual’. Esta lengua ha pervivido y se sigue hablando después de más de 500 años tras su expulsión con palabras implementadas del turco, griego, hebreo y otras lenguas con las que tuvieron contacto, muchas veces porque cuando salieron de la Península algunos objetos no habían sido inventados y necesariamente adoptaron la palabra equivalente en la lengua de la geografía que habitaran. El ladino era la lengua de uso común en la casa, pero no una lengua particular de los judíos de la Península, sino que era la que se hablaba en aquella zona en la que habitaran: el portugués, el catalán, el castellano, fueran cristianos, musulmanes o judíos…y es en esta lengua como se transmitían los refranes, los dichos, las konsejas, los cuentos y todos esos kantares antiguos o kantares de Kastilyia de los que nos hablan los informantes en las encuestas documentales.
El repertorio sefardita está compuesto de coplas que se refieren a acontecimientos, asociados a rituales de paso, de un estado a otro: nacimiento, desposorio, muerte y de canciones líricas a las que llamamos kantikas. Estos dos géneros están formados por canciones compuestas después de la expulsión, siendo anónimas puesto que no ha trascendido su autor y no tienen ninguna relación con el pasado medieval. Por último, y aquí radica uno de los pilares del trabajo musical de Mara Aranda, encontramos las romansas, que tienen su origen en el romancero viejo hispánico. El Romancero, una “Iliada sin Homero” (según comparación muy repetida en los comienzos del Romanticismo europeo) ha compartido con el Quijote y la Celestina el privilegio de ser considerado como una de las creaciones más características, a la vez que de un mayor valor estético universal, del “genio” español, así definía el filólogo y dialectólogo Diego Catalán al conjunto de romances que, procedentes de los cantares de gesta, en su evolución se desgajan y dan origen a poemas más cortos que el pueblo puede memorizar y cantar a su vez. Hablan de personajes épicos, históricos o legendarios ligados al pasado medieval de la Península y se siguen cantando hoy en día en toda la geografía española, en América y también en boca de los sefardíes en la diáspora. Curioso es que algunos romances se perdieron en la Península y pudieron ser recuperados, siglos después por los investigadores, puesto que los sefarditas todavía seguían cantándolos en tierras ajenas.