El disco La abuela canta está dedicado al pueblo leonés San Miguel de Montañán y ha sido autoeditado por el autor.
“Los textos de estas canciones nos hablan del pastor, del zorro “maese raposo”, del rumor de agua en la alameda, de los gorriones, de la piedra de afilar del abuelo o de las canciones de la abuela.
Las armonías nos trasladan directamente a la edad media y se funden con melodías de voz que podríamos encuadrar dentro de la música pop. La sonoridad de este trabajo nace fundamentalmente de tres instrumentos: la guitarra clásica española, la mandolina y la guitarra acústica, con adornos de elementos tradicionales de percusión como el pandeiro do peito, panderetas, castañuelas, mortero… y la aparición puntual de un rabel venido de la montaña palentina.