Bajo el nombre de Luciérnagas se esconde el nuevo proyecto de José Climent. Aún sin editarse, será su tercer disco desde que regresó, felizmente, al mundo de la música, y el primero del grupo. El nombre lo toma del título de su anterior trabajo, que abarca el período de 2015 a 2019. Un año antes, el violinista nos había sorprendido con su primer disco, Mirando Nubes.
Luciérnagas son el propio José Climent, que toca violín, gaita de fole, cornamusa y bajo eléctrico; Rocío Garde, acordeón, bouzouki y guitarra acústica; Pilar López Ballarín, instrumentos de percusión y Héctor López Bernardo (Hexacorde) también instrumentos de percusión, además de tocar el clarinete. Y todos ellos aportan su voz. Timon Wapenaar, que toca la viola en una de las canciones que les identifican, Rosa de Aravaca, una charrada dedicada al barrio madrileño donde se gestaron estas luminarias. Sobre todo melodías castellanas (y principalmente de Madrid) pero también del Este de Europa y del País Vasco, conforman lo que es una nueva y brillante obra musical, que lleva por título Confines.
Y en los confines del mundo conocido habitaban los Tuatha de Dannan, dioses ancestrales celtas. Y de ellos tomaron su nombre una de las formaciones más flamantes de la música tradicional irlandesa, De Dannan. Los clanes familiares son esenciales en la cultura de este país, y las voces de las mujeres su sello característico. Clannad es uno de ellos, con Maire Brennan a la cabeza. En 1992 grabaron Anam, con un sonido cercano al pop. Y los O’Dhomhnaill, Triona en primera línea, formaron un grupo seminal, Skara Brae. En 1971 grabaron el disco de título homónimo, que enlazaba directamente con los seres míticos de la cultura celta.