En 2014, el acordeonista vasco Joxan Goikoetxea se embarcó en una monumental obra: musicalizar, ni más que menos, que 154 sonetos de Willliam Shakespeare. El resultado es este espléndido disco, Sonetoak (zeru horren infernuak) auspiciado por la Cátedra Mikel Laboa. Un año después, se presentó en el Teatro Victoria Eugenia de Donostia. Destaca la participación de músicos con los que colabora asiduamente, como Alan Giffin o Suso Sáiz. También Paco Ibáñez y Joan Valent.
Precisamente Alan Giffin fue compañero en Alboka, que en el año 2001 editó un magnífico disco titulado Lorius, donde destacaba la colaboración de la cantante húngara Marta Sebestyen. Tres años antes, en 1998, y junto a otro gran músico euskaldún, Juan Mari Beltrán, grabaron Betti ttun-ttun, que aunque basado en la música popular del País Vasco, la abordaba desde una óptica vanguardista y experimental. Y muy experimental fue Supernova, una composición grabada en el Planetario de Pamplona.