
Miles de páginas, cientos de entrevistas con la mayoría de los grupos y artistas españoles y con muchos extranjeros, artículos en profundidad, crónicas de festivales, críticas de discos… Todo eso y mucho más es el legado que la última revista en papel dedicada a la música folk nos deja tras su despedida.
Corren malos tiempos para la cultura. En los últimos meses hemos ido viendo con tristeza como cabeceras tan importantes como Sons de la Mediterrània, Ritmos del Mundo o Cuadernos de Jazz, por solo citar tres ejemplos, han tenido que cerrar víctimas de la crisis económica y de los nuevos tiempos que nos toca vivir. Pero la ola de desertización cultural no solo afecta a las revistas, ya que recientemente también hemos visto como desaparecían numerosos programas de radio, la mayoría de los festivales de música (el último, el veterano Festival de Jazz de Madrid) y la casi totalidad de las tiendas de discos (las que no cierran, reducen su espacio para música a un rincón casi testimonial como la otrora omnipotente Fnac).
El cierre Interfolk es un paso más en el empobrecimiento de nuestra cultura y deja huérfano el panorama del folk en nuestro país, siempre maltratado y relegado a un segundo plano, pero para nosotros significa mucho más. En todos estos años, el equipo de la ya desaparecida revista ha pasado a formar parte de nuestro día a día y entre nosotros se ha forjado una gran amistad. Hemos sido testigos de sus esfuerzos para mantener a flote la publicación y nos hacemos cargo de lo duro que debe resultarles tirar la toalla. Ahora solo podemos desear que la puerta abierta al regreso que han dejado sea una realidad y más pronto que tarde volvamos a ver a nuestros compañeros de fatigas dando cuenta de lo que acontece en el mundo del folk. Todos ellos son grandes profesionales y cuentan nuestro respeto y nuestro apoyo.
www.interfolk.net
Llegar a casa después de un duro día de trabajo y encontrar el último número de Interfolk en el buzón era una buena noticia que muchas veces me alegraba el día. Es una verdadera pena ver cómo las publicaciones escritas dedicadas a este maravilloso mundo van desapareciendo; se me ocurren varias explicaciones pero no creo que eso sea lo importante. Personalmente me quedo con los buenos momentos que me ha dado, con lo mucho que he aprendido de sus páginas y con los grupos y músicos que he conocido gracias a Interfolk.
Un abrazo a todo el equipo; os echaré de menos.
Vaya mierda de revista, sin duda.
El editor deberia currarselo un poco más