
Nacido en Norwalk el 2 de septiembre de 1928, Horace Ward Martine Tavares Silva se da a conocer como Horace Silver en la escena del jazz de los años cincuenta fascinado por maestros del bebop como Thelonious Monk y Bud Powell. Es Stan Getz, quien tras tocar con él en un concierto de Hartford decide llevárselo a Nueva York. Allí el joven pianista comienza a tocar con músicos como Coleman Hawkins, Lester Young, Oscar Pettiford y Roy Haynes entre otros. Dos años mas tarde graba por primera vez para Blue Note a las órdenes de Lou Donaldson y en 1954 se produce un hito en su trayectoria. Alfred Lion, propietario de Blue Note, le propone registrar un disco a su nombre. Silver le sugiere contar con Kenny Dorham (trompeta), Hank Mobley (saxofón tenor), Doug Watkins (contrabajo) y Art Blakey (batería). El sí de Lion daría luz verde a uno de los grandes grupos de todos los tiempos: The Jazz Messengers, toda una institución dentro del jazz. A aquel disco, Horace Silver and the Jazz Messengers, pieza seminal del hard bop, le siguen en las próximas décadas una larga lista de estupendas producciones a nombre del pianista (no dura mucho tiempo en los Messengers), destacando especialmente Song For My Father (Blue Note, 1964) una de las obras maestras del género en una de sus épocas de oro. El jazz siempre le recordará como uno de los mejores compositores y pianistas que tuvo en la segunda mitad del siglo XX.
Foto: Horace Silver por Dimitri Savitsky en 1989.