El folk sereno y elegante de La Musgaña

05/01/2014 - Por Fernando Martínez
Vota
Comentarios: 2 Imprimir
Ha sido una de las mayores sorpresas en el mundo del folk durante esta temporada: la grabación de un nuevo disco de La Musgaña, firmado por Carlos Beceiro y Jaime Muñoz, titulado sencilla y llanamente Entre dos, una forma de reafirmar que son nada más que ellos dos los que inician esta nueva andadura.
Jaime-Muñoz portada

Habían estado algo más de un año sin tocar y durante ese tiempo, desde que Jorge Arribas y Diego Galaz dejaron el grupo, han pasado casi de pensar en terminar definitivamente con La Musgaña a editar un cuidado y precioso disco donde fluyen las ideas y la calidad instrumental y compositiva de estos dos magníficos músicos. Vuelven con ilusiones renovadas. En esta entrevista, Jaime Muñoz nos desgrana algunas de las claves para entender a esta nueva Musgaña y de los cambios experimentados en esta última etapa.
Pregunta: ¿Piensas que esta formación en dúo es una evolución de la anterior Musgaña con Jorge Arribas y Diego Galaz o más bien consideras que es una ruptura y el comienzo de una nueva etapa?
Sentimos que es como una vuelta atrás a La Musgaña inicial o como si naciera una nueva Musgaña que tiene mucho que ver con la anterior.
Respuesta: En realidad todo ha surgido en muy poco tiempo, en cuestión de dos o tres meses, tras un año de inactividad en el que realmente no sabíamos qué hacer con La Musgaña. Nos ocurrió algo parecido cuando comenzamos con Jorge y Diego, después de ocurrirle a Quique [Almendros] la desgracia de su enfermedad, cuando amigos y músicos nos alentaron para que siguiéramos adelante. Una posibilidad era dejarlo y hacer cosas por separado, o en el caso de que siguiéramos juntos, hacerlo como Carlos Beceiro y Jaime Muñoz o utilizar la marca de La Musgaña. Han vuelto a influir mucho las opiniones de la gente, que en general nos pedía que continuáramos con el nombre de La Musgaña, sabiendo lo que eso significa. Para contestarte a la pregunta, para nosotros es algo nuevo, no es una continuación. Sentimos que es como una vuelta atrás a La Musgaña inicial o como si naciera una nueva Musgaña que tiene mucho que ver con la anterior. Y eso es una emoción que hemos recuperado. Es curioso, porque tanto Carlos como yo, por separado, habíamos llegado a la misma conclusión. En todo ello, evidentemente, tiene mucho que ver lo que ocurrió con Quique y el desgaste que había supuesto para nosotros; fue como una losa, pero sopesamos todo y decidimos seguir como La Musgaña. Lo primero que teníamos que hacer era montar un repertorio pensando, en primer lugar, en temas antiguos, una especie de “Musgaña vintage”. Pero nuevamente, aconsejados por amigos, decidimos sacar un disco con temas nuevos. Nos iba a costar casi el mismo esfuerzo que adaptar los antiguos.
P: ¿Estáis ilusionados?
R: Sí. Hemos pasado de pensar en dejarlo todo a tener una ilusión y creer en lo que estamos haciendo. Tomamos una serie de decisiones: por ejemplo, yo no iba a tocar el acordeón en el disco, de hecho dejé de hacerlo desde hace mucho tiempo, tampoco el clarinete, me he dedicado a tocar las flautas, que es lo que siempre me ha gustado y lo que mejor toco.

P: ¿Cómo influye, tanto en el repertorio, la instrumentación, etc., pasar de cuatro músicos a dos?
R: Al ser temas nuevos y pensarlos para esta formación, no hemos echado de menos otros instrumentos. Cuando nos hemos puesto a grabar, nos hemos dado cuenta que era un reto muy grande. Era la primera vez que yo llevaba todo el peso de las melodías; era una gran responsabilidad y era muy consciente de ello. Y a Carlos le ha ocurrido en parte lo mismo. Hemos pasado, en cierto de modo, de acompañar a ser solistas. Los dos somos ahora melodía y acompañamiento. Teníamos mucha responsabilidad a la hora de grabar este disco. Seguramente hubiera sido más complicado si, como pensamos al principio, hubiéramos adaptado los temas. El disco lo grabamos sin ninguna pretensión y no pensábamos siquiera que fueran a salir conciertos. De hecho, nadie sabía que íbamos a grabarlo. Nuestra intención era empezar con esta nueva formación tocando en sitios pequeños. Fíjate, teníamos antes la fecha para tocar en Espacio Ronda que la intención de grabar el disco. Pensábamos hacer un popurrí de temas. Nos hemos fijado mucho en los dúos que hay en el extranjero y nos hemos quitado complejos. Es un cambio muy drástico, esto es otra cosa, y la gente lo tiene que entender así; queremos darle a este proyecto un clima de más intimidad, aunque la verdad es que nos está saliendo bastante melancólico, quizá sea por el momento en el que estamos y todo lo que hemos vivido este último año.
P: En cuanto al repertorio, ¿buscáis la originalidad en los temas u os centráis más en los arreglos?
R: Siempre hemos buscado buenas melodías. Los temas por sí solos tienen calidad intrínseca, son verdaderas joyas. A las piezas sencillas se le puede sacar mucho rendimiento. Yo creo que hay de las dos cosas: nos centramos más en los arreglos pero a la vez buscamos melodías que por sí mismas tengan una entidad.
Lo que hacemos es componer sobre una melodía tradicional. Nosotros siempre hemos hecho música tradicional, que no tiene nada que ver con el tema original.
P: ¿Tenéis pensado componer temas nuevos?
R: En este disco ya hay una composición nuestra, que es El trapero, pero sí, es posible que compongamos más. De todas formas, si se pudiera escuchar algún tema nuestro antes de tocarlo, se podría comprobar que lo que hacemos realmente es componer sobre una melodía tradicional. Nosotros siempre hemos hecho música tradicional que no tiene nada que ver con el tema original. Hay muchas cosas compuestas en medio. Del tema original hay una línea y después mucho inventado. Es una forma de componer sobre una melodía tradicional.

P: Con el tiempo habéis conseguido tener un sello particular, hay un sonido que identifica a La Musgaña.
R: Hay gente que nos ha tomado como referencia, por el tipo de arreglos, por el tipo de instrumentación. Yo tengo muchas partes de melodías que luego utilizo como puentes para pegarlos en una melodía tradicional, que no tienen la entidad de composición pero que está ahí. Por ejemplo, en el tema que te decía antes, El trapero, yo conservaba algunos hilos de hace años y de ahí partimos para componer la armonía, para después centrarnos en la melodía. En realidad hay dos melodías compuestas. Queremos grabar más, darle rienda suelta a nuestras ideas, bien a dúo o colaborando con otros músicos. Esto puede ser otra seña de identidad, tocar composiciones nuestras o de otros músicos y que no sean estrictamente tradicionales. Hay también otra composición propia, en este caso de Quique, que se titula Almendros. Como te puedes imaginar, él está muy presente en el disco. Yo toco la flauta y el tambor, instrumentos que Quique tocaba también, aunque cuando estaba él, jamás se me ocurrió tocarlos. Yo le considero mi maestro y nunca se me ocurriría reemplazarle. El componía muchas piezas con el dulcimer y en ese tema que te comentaba hay dos melodías, una compuesta por él y otra que hizo para mí, para que la tocara con el acordeón, una especie de vals.
P: Veo que estáis muy abiertos a recibir nuevas influencias…
R: Con la iniciativa de ir a dúo hemos asumido mucha responsabilidad, pero a la vez hemos querido lanzarnos con libertad a hacer lo que quisiéramos. Hemos hecho muchas cosas con La Musgaña, hemos tenido un gran prestigio, hemos grabado discos, y a partir de ahora habrá gente a la que le guste más, a otros menos, pero no podemos estar tan pendientes de las reacciones del público. Hay algunos cambios, como que hay menos flauta y tamboril, queremos alejarnos un poco de Salamanca y Zamora, lugares donde no hemos tenido reconocimiento y eso que hemos llevado su música por medio mundo…
P: A propósito de ello y siendo un grupo de Madrid, aquí tampoco ha sido muy reconocido vuestro trabajo…
R: Nada, en la Comunidad de Madrid, nada. En realidad, no sé ni cómo hemos durado tanto tiempo. Por un lado, en Madrid no se hace caso de su música tradicional, que sí existe. Lo que ocurre es que no hay nada que identifique a la música de Madrid, y eso es un contratiempo. Y por otra parte, en Castilla y León, aunque hacemos música de allí, no dejamos de ser un grupo de Madrid y tampoco les hace mucha gracia, como si hiciéramos competencia a los grupos autóctonos; o sea, que siempre hemos ido a contrapié. En otras comunidades, como Galicia o el País Vasco, apoyan mucho a su música tradicional. No obstante, seguimos haciendo música de Castilla y León, que es lo que nos gusta. Casi todo lo que hacemos son adaptaciones de piezas compuestas para dulzaina con la flauta de tres agujeros.
P: ¿Piensas que a partir del dúo pudiera haber alguna incorporación de otros músicos y que llegárais a formar una banda estable o pensáis solo en colaboraciones? ¿Cómo os lo planteáis?
R: En dúo estamos ahora como en una luna de miel y además apreciamos que hay interés en nosotros. De momento, tal como está la situación en cuanto a conciertos y por la crisis, lo más sensato sería seguir haciendo cosas en dúo. Queremos salir al extranjero, volver a ir a Estados Unidos, estamos retomando contactos… Aunque te contaré como anécdota que un antiguo conocido que tiene una agencia en Inglaterra ha contactado con nosotros. Estas cosas nos ocurrían antes, eran los propios mánager los que se nos llamaban. En cuanto a colaboraciones sí, queremos que las haya.
P: ¿Y sería posible que fuera con Kepa Junkera? Se ha visto ya anunciada alguna cosa juntos, ¿se podría pensar en un formato de trío?
R: Hemos coincidido varias veces con él, en ocasiones en las que va solo, y está encantado con tocar sin nadie más, está viendo otras posibilidades. No nos lo hemos planteado, pero no creo que hubiera ningún problema. De todas formas, no queremos hacer una nueva Musgaña a lo grande. Ha pasado un año y pico desde que lo dejaron Jorge y Diego y nunca hemos pensado en sustituirles por otros músicos. Sabíamos que si hacíamos algo, posiblemente fuera a dúo. Podríamos incorporar una percusión, que es algo muy sencillo -en agosto iremos con Sebastián Rubio a San Marino a un festival de percusión-, pero tal como estamos ahora nos da mucha libertad. Cuando estaba Quique yo tocaba el acordeón, que en realidad no era mi instrumento, y con Diego Galaz también estaba un poco por detrás. No es que yo haga grandes improvisaciones jazzeras, pero sí improviso mucho sobre la melodía y eso surge en el momento. A Carlos le pasa algo parecido. Son cosas que antes no hacíamos, estaba todo muy establecido, muy pautado. No queremos incorporar melodías que no nos apetecen y que yo creo que no aportarían nada, pero sí hemos pensado incorporar un contrabajo para arropar la música que hacemos, o quizá un cantante, que es una idea que siempre nos ha gustado mucho. Nos gustaría grabar un disco con Joaquín Díaz, es algo que hemos pensado desde siempre, aunque sabemos que eso no se podría llevar al directo.

P: Siempre hacéis algún guiño a Joaquín Díaz. En este disco, en Ya se van los pastores, un villancico que le escuchásteis por primera vez a él.
R: Sí, siempre, la influencia de Joaquín Díaz está presente en todo lo que hacemos. En Temas profanos (2003) también le rendimos homenaje en Rogativa de Valdestillas. Nos motivan mucho sus canciones. Con este villancico tuvimos dudas de si llevarlo al directo; nos arriesgamos en el Espacio Ronda, donde queríamos probar qué tal funcionaba y lo empezó a cantar la gente, con lo cual nos ha animado a seguir tocándolo. Ahora ya lo hacemos de manera distinta porque vamos incorporando cosas y lo enlazamos con Espejo, Sol y Luna, que es más rítmico.
Queremos quitarnos lastres y queremos seguir haciendo música tradicional, pero sin encasillarnos.
 
P: Cuando os vi en Espacio Ronda el concierto me sonó muy irlandés. Irlandés y muy barroco…
R: Nos hemos permitido hacer directamente un tema irlandés, Desi’s polka. Yo hacía música irlandesa antes de tocar con La Musgaña con la Bitter Band y Quique también. A principios de los 80 tenía en el barrio un grupo de rock con gaita escocesa y flauta de metal. Yo descubrí la música irlandesa a través de Gwendal. En la música tradicional y sobre todo en la castellana, la gente se ha iniciado a través de la música celta o a través de la música andina; es un proceso en el que después descubres la música de tu región o de tu zona. En este caso es mi estilo, con las flautas de madera. Lo que he hecho es aplicar ese método al repertorio castellano de dulzaina. En las rondallas se utilizaba la flauta de madera, pero no hay un repertorio específico. Muchos de los dúos que hemos conocido hacen música irlandesa, con violín y guitarra. ¿Por qué no podemos hacer nosotros eso? Es otra forma de abordar la música. Quizás ahora, al llevar las melodías yo solo, se note más mi estilo y con el acompañamiento de Carlos al bouzouki y guitarras, recordemos a esos dúos. Esa fórmula siempre había estado ahí, pero es posible que ahora se acentúe, y si quitas el acordeón y el violín se evidencia aún más.
En cuanto a lo barroco, me hace gracia que me digas eso, porque últimamente estoy obsesionado con el barroco, voy a estudiar barroco en el Conservatorio Superior. Son cuatro años de carrera para especializarme en el traverso barroco (flauta travesera barroca). En el disco hay arreglos sobre composiciones de Bach, como en la Jota de la Señora María, que además fue la pieza que toqué en las pruebas de acceso al conservatorio. Tenía ganas de profundizar en la flauta de madera y la tradición que más la ha utilizado ha sido la irlandesa. De eso yo he absorbido todo lo que he podido; la música barroca cogió mucho de la música tradicional. Hay piezas que te recuerdan a bailes que se podrían tocar en Castilla y que pueden evocar a la música celta. He decidido ir a las fuentes. En los adornos, hay cosas mucho más enrevesadas en el barroco. Para nosotros, es una influencia más. En cambio, en las flautas de tres agujeros he hecho adaptaciones muy arriesgadas porque he tenido que utilizar técnicas que no se utilizan en este tipo de flautas de Salamanca y Zamora. Es un instrumento muy evolucionado, hemos tenido que investigar mucho para tapar medio agujero y adaptar temas de dulzaina en tono mayor y tono menor. Cada vez tocaré más flautas de tres agujeros con la intención de que no se identifique de dónde es, porque yo no tengo un estilo salmantino ni zamorano, ni lo busco, tendría que vivir allí o dedicarle muchas horas. Toco muchos instrumentos y tengo mi propio estilo. Están surgiendo proyectos muy interesantes en relación a esta flauta; por ejemplo Luis Pedraza, que es un chaval joven que toca la flauta de tres agujeros y que ha grabado un disco con muchos arreglos y muchos músicos. Él me dijo que yo tengo un estilo particular, y para mí eso es un piropo. No puedo pretender otra cosa, incluso estoy buscando diseños de flautas que sean más asépticas y que no sean fácilmente reconocibles. Pasa un poco lo mismo cuando toco el kaval o la música oriental, me he empapado mucho de los ambientes a través de discos y talleres. Queremos quitarnos lastres y queremos seguir haciendo música tradicional, pero sin encasillarnos.

P: Has hablado de Joaquín Díaz, una de las principales influencias en La Musgaña. También Los Talaos. Empezáis con una pieza de ellos, Entradilla de Salmoral, y termináis con la de Joaquín Díaz.
R: Lo de Los Talaos es tremendo. Yo no he mamado la música tradicional en un pueblo, ni ninguno de nosotros. Quizá el que más Carlos, que se crió en un pueblo de Galicia y empezó tocando la gaita, aunque se vino a Madrid a estudiar contrabajo y se relacionaba con la gente del jazz, es el que más ha vivido la tradición. Resulta que mis padres eran de un pueblo de Ávila y a mi madre le encantaba la dulzaina y había bailado con Los Talaos, y mi abuela con las generaciones de sus padres. Yo de adolecente, como te imaginarás, aborrecía las jotas, hasta los veintisiete años más o menos en que me empecé a interesar por la música tradicional castellana. Entonces yo sacaba melodías con el whistle o con otros instrumentos. Nunca me metí con la dulzaina, le he tenido siempre mucho respeto. Para nosotros, El arte de la dulzaina, que fue el primer disco que grabaron, es la Biblia, es como un método de estilo. Hemos ido grabando partes de ahí y algún día haremos una revisión tema por tema. Es impresionante lo que hay en ese disco. Tuvimos la suerte de que Teo Sánchez grabara con nosotros la Charrada de Bercimuelle (Lubicán, 1993). Lo que pasa es que la flauta y el tamboril no se prestan a tocar esas piezas, cosa que yo estoy intentado hacer ahora.
Los dulzaineros son los que más han desarrollado la música instrumental en Castilla, que tiene una tradición tan grande y tan viva, y son los que más nos han inspirado.
P: ¿Nunca os habéis propuesto incluir a un dulzainero? Tocáis un amplio repertorio de dulzaina y sin embargo nunca la habéis utilizado.
R: La culpa de eso es que en la tradición la dulzaina se toca en fa sostenido. No les gusta tocar en fa o en sol, aunque parece que poco a poco se van acostumbrando. Lo teníamos pensado cuando ocurrió lo de Quique, era una de las posibilidades. Una vez que decidimos seguir, pensamos en incorporar a un músico tradicional, alguien que tocara la flauta de tres agujeros y tamboril o a un dulzainero, pero para nosotros sería muy duro ver a alguien tocando lo mismo que tocaba Quique. No sé, quizá nos complicaba las cosas en ese momento. Y tampoco había muchos dulzaineros a los que recurrir, Fernando Llorente o Alberto Jambrina, en todo caso. No veíamos tampoco la utilización de la dulzaina y la flauta, no casa la sonoridad, quizá con violín sí… Sin embargo, nos parece que tiene un repertorio alucinante, los dulzaineros son los que más han desarrollado la música instrumental en Castilla, que tiene una tradición tan grande y tan viva, y son los que más nos han inspirado y lo siguen haciendo. La flauta de llaves tiene una digitación muy parecida a la de la dulzaina; por eso para mí es muy natural tocar temas de dulzaina. Lo que tenemos por Los Talaos es devoción.
Lo que tenemos por Los Talaos es devoción.
P: Y para terminar, echo en falta un tema en el disco, Estremera. Es una preciosidad en directo…
R: Ha habido más comentarios al respecto, estamos pensando grabarlo. No nos atrevimos con el kaval en el disco, aunque en directo sí. Nos ocurrió algo parecido con Calle abajo, calle arriba, que estaba pensado para tocarlo con él y terminamos haciéndolo con gaita charra porque tenía más sentido, pero nos ha dado pie a pensar en hacer algo con el kaval.
Mantuve esta conversación con Jaime Muñoz en la cafetería del Círculo de Bellas Artes una tarde en la que el verano ya se hacía notar en el centro de Madrid, un lugar muy apropiado para un músico madrileño que lleva veinticinco años haciendo folk. La Musgaña, como queda claro en el transcurso de la entrevista, no es grupo que solo arregla piezas de la música tradicional castellana, sino que a partir de ella compone nuevas melodías para renovarla. Para un grupo que ha sufrido duros avatares a lo largo de su historia, es el mejor premio que podría recibir: ser un eslabón más en la transmisión de la tradición. Fue una amena charla, larga y en profundidad. Me quedo con varias ideas, pero sobre todo con una que me alegra sobremanera. Al contrario de lo que me esperaba, me encontré con un músico ilusionado en su nuevo proyecto, con ganas de innovar y con las ideas muy abiertas. Quiere dejar claro al respecto de la anterior formación: “con cuatro personas es muy difícil decidir y teníamos puntos de vista muy distintos, Carlos y yo por un lado, y Jorge y Diego por otro. Es algo normal que ocurre en todos los grupos. Pero ante todo quiero que quede claro lo importantísimos que fueron para La Musgaña Jorge y Diego. Sin ellos hubiera sido imposible seguir, fueron un empujón decisivo para nosotros. Después de lo de Quique no teníamos fuerzas para seguir. Diego ya había participado en Temas profanos y él trajo a Jorge. Yo ya había decidido que quería tocar vientos y no acordeón. Con él, fuimos mejorando año tras año. Después surgió Fetén Fetén, que es un dúo maravilloso, y me siento muy orgulloso porque su germen surgió en La Musgaña”.
Entrevista: Fernando Martínez.
Fotografías: Carlos Monje (archivo de Diariofolk).

Hay 2 comentarios. ¿Quieres dejar el tuyo?

  1. Alberto

    Estupenda entrevista. Resulta curioso que un grupo como La Musgaña que tanto ha hecho por la renovación del folk castellano no tenga aceptación en esa tierra. De todas maneras, y no sé si es una apreciación mía, creo que La Musgaña puede presumir de tener un buen número de seguidores incondicionales que trasciende toda circunscripción geográfica. y (entre los que me incluyo).

     
     
  2. Carlos cc

    Creo que es ejemplar el tesón de estos grandes músicos. ¡Siguen abriendo puertas y creando!
    Un pie en la tradición y el otro en la innovación. ¡Geniales!

     
     

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.