Diariofolk

Pregunta: Llevas ocho años en Nueva York. ¿Qué has estado haciendo este tiempo allí?
Respuesta: La verdad es que vine con la idea de estar tres años y circunstancias de la vida me han ido atando a esta ciudad fascinante. Vine para hacer un doctorado con una beca de la Fundación Barrié dela Maza. Mientras hacía el doctorado, que terminé en 2008, conocí al compositor Osvaldo Golijov que me llevó a trabajar con Yo-Yo Ma y el Silk Road Ensemble, del que ahora formo parte…con ellos he girado por todo el mundo y mi carrera en solitario se ha reforzado precisamente por esa energía que se transmite al trabajar con gentes de tantas culturas diferentes.
Vine a Nueva York con la idea de estar tres años y circunstancias de la vida me han ido atando a esta ciudad fascinante.
P: Estás vinculada a varias universidades norteamericanas. ¿En qué consiste tu trabajo allí?
R: Por una parte estoy en el departamento de música vocal de la NJCU (New Jersey City University). Fue mi primer trabajo universitario una vez terminé el doctorado. Allí me dedico a trabajar el repertorio vocal y operístico con mis estudiantes. Además estoy como colaboradora en Harvard University, que es la residencia del Silk Road Ensemble, del cual soy miembro del consejo de liderazgo. En Harvard lidero residencias, workshops y master classes. Entre ellas nuestra colaboración con la Harvard Business School y el lanzamiento del Cultural Entrepreneurship Challenge; un reto para intentar que los artistas desarrollen su faceta emprendedora y para que los estudiantes de negocios de Harvard desarrollen su perspectiva con respecto a las artes. Además de Harvard, hago residencias en universidades como Princeton, Texas, Indiana…
P: Eres gaitera, pianista y profesora. ¿Cómo defines tu evolución artística?
R: Me considero una superviviente. Me hace sentir bien tener varias “vidas” o varios planes de vida. Ninguna de mis carreras es totalmente estable, dependen de muchos factores, por lo que la idea de tener un plan B ha sido siempre fundamental para mi. A lo largo de los años he ido desarrollando muchos “planes B”, lo cual me ha hecho crecer como artista y como persona, y creo que mi evolución es la suma de todos los factores. Sin la profesora, la gaiteira no evolucionaría, y sin la pianista la profesora no existiría.
P: ¿Sigues siendo miembro de Silk Road Ensemble de Yo-Yo Ma? Háblanos de ese trabajo.
R: El Silk Road Ensemble ha cambiado mi vida en todos los sentidos. Yo Yo Ma es una inspiración constante. Todos los proyectos que desarrollamos vinculan las artes a la educación o las artes a la economía, y en los tiempos que vivimos esta es una vía fundamental. A mayores, la parte más publica del Silk Road, los conciertos, nos llevan a giras por todo el mundo, China, Corea, Japón, Emiratos, Omán, EE UU, y esa perspectiva es una lección constante de diplomacia y humildad. Girar con músicos persas, chinos, judíos, palestinos, indios y ver como cada aduana reacciona a cada uno de nosotros es toda una odisea.
El Silk Road Ensemble ha cambiado mi vida en todos los sentidos. Yo Yo Ma es una inspiración constante.
P: El acordeonista Víctor Prieto colabora desde hace tiempo. ¿Qué papel tiene en tus últimos trabajos?
R: Víctor representa esa parte de mí que he redescubierto en Nueva York. Víctor y yo fuimos juntos al conservatorio en Ourense, nos perdimos la pista durante años y no fue hasta el 2007 cuando me lo encontré por casualidad en medio de la 66th con Broadway. Empezamos a tocar juntos y su libertad de expresión con su instrumento en un lenguaje como el jazz me abrió los ojos a querer demostrarme a mí misma que si el podía, yo también. Empezamos a trabajar juntos y sus temas me aportan libertad y son retos constantes. Su papel en mi último trabajo es esencial. Victor firma varios de los temas y aporta la pasión pura que tanto me gusta en su tocar.
P: También es importante tu colaboración con el compositor Osvaldo Golijov.
R: Osvaldo es como un talismán. Desde que lo conocí todo cambió en mi vida profesional. Me descubrió al Silk Road Ensemble, me descubrió a Cararach, que me llevó a trabajar con Bob Belden en su disco Miles Español (versiones de Miles Davis con Chick Corea y otros genios). Osvaldo consiguió algo que yo llevaba intentando durante años: unir mis dos mundos, el de la música clásica y el de la música popular. Su obra Rose of The Winds, que estrenamos con Chicago Symphony en el 2007, hizo historia para la gaita y para su impacto en el mundo de la música clásica.
P: Tu nuevo disco “Migrations” contiene lenguajes musicales que suponen un nuevo giro en tu trayectoria.
R: Si yo giro, mi trayectoria también lo hace. Migrations es el reflejo de este momento de mi vida: mi pasión por el jazz y por una ciudad que no deja de descubrirme a talentos increíbles de todas las partes del mundo.
P: ¿Por qué te decidiste a mezclar la gaita con el jazz y la música contemporánea?
R: Porque la gaita es mi vocación, la música contemporánea es mi formación y el jazz es mi pasión. En mi mundo, en el mundo de Cristina, tiene sentido mezclar las tres cosas.
La gaita es mi vocación, la música contemporánea es mi formación y el jazz es mi pasión. En mi mundo tiene sentido mezclar las tres cosas.
P: ¿Crees que ha influido en este disco tu paso por la Orquesta de Jazz Latino de Arturo O’Farrill?
R: ¡Vaya, esta semana vuelvo a tocar con ellos! Todo influye si te dejas llevar. Arturo O’Farrrill y Vince Cherico han confiado en mí desde hace unos años para llevar al directo proyectos llenos de energía. He aprendido mucho de esa experiencia. Al fin y al cabo, Galicia y Cuba nunca han estado lejos culturalmente hablando.
P: ¿Qué hay de Galicia en “Migrations”?
R: Migrations va de todas esas cosas que encuentran su lugar en otra parte. Va de raíces. De cómo cuando migras te llevas tus raíces contigo, esas raíces enraízan de nuevo en otra tierra y de esa nueva raíz nace algo nuevo o distinto, pero conectado con tu origen.
P: ¿Hay algún tema del disco que destacarías?
R: Muiñeira for Cristina, porque marcó el inicio de este proyecto. En un tema de Víctor Prieto, que mezcla muiñeira, las raíces latinas de mi familia (también emigrantes) y el sonido tan característico del jazz neoyorkino.
P: Nos han llamado la atención dos de los temas del nuevo disco, Blue in Green, de Miles Davis, y Gaitango.
R: Blue in Green fue un órdago que me lanzó J.A. Cararach después de colaborar en el disco Miles Español. Después de hacer una versión de The Panpiper, un tema en el que al parecer Miles Davis se inspiró en una gaita gallega, me sentí con la fuerza necesaria de reinterpretar este himno, Blue in Green. Y Gaitango es el pequeño homenaje que Emilio Solla, el coproductor de este disco, escribió para la memoria de nuestra colaboración. Emilio Solla, otro genio del jazz con raíces y del tango, hizo una labor increíble en Migrations. Su Gaitango fue su manera de decir ”¿por qué no gaita y tango?”.
P: También la música de la India está presente en Remain Alert.
R: Remain Alert es un tema con raíces indias (un error en la fabricación ha cambiado Remain Alert por Jota de Pontevedra). La colaboración de Sandeep Das, no solo en este disco sino también en mis giras por la India, ha hecho de su sonido algo fundamental en mi carrera.
P: Háblanos del proyecto Galician Connections en Santiago de Compostela.
R: Galician Connection es un laboratorio de pensamiento, diálogo cultural y difusión. Es mi compromiso moral con Galicia y una consecuencia directa del trabajo que hago en Harvard University con Silk Road Ensemble. Un festival que aúna a artistas de diferentes culturas y lenguajes, que no se conocen entre sí, junto con 25 participantes que durante tres días comparten ensayos, master classes y jornadas de debate. En una vía paralela se genera un foro de pensamiento sobre el tema de los emprendedores culturales y como colofón estos artistas crean un concierto. Ponentes de Harvard, Womex, APAP, artistas como Paquito D’Rivera, Omar Sosa o Jorge Pardo. Artistas de China, Afganistán, India, Argentina… y Galicia. Todos juntos buscando las cosas que nos unen.
Galician Connection es un laboratorio de pensamiento, diálogo cultural y difusión. Es mi compromiso moral con Galicia.
P: ¿Qué queda de aquella jovencita de pelo verde que montó un gran revuelo hace ya casi 15 años?
R: ¡Todo y nada a la vez! La pasión y la emoción por esta profesión la sigo teniendo igual de intensa. Quizá he madurado, malo sería si no lo hiciese… Hace 15 años tenía 18 años y supongo que lo que hacía correspondía a esa edad. Todos crecemos y evolucionamos. No me gusta mirar atrás, pero me siento muy orgullosa y afortunada de haber aprovechado las oportunidades que se me han ofrecido. ¡Ah! El pelo sigue verde, no todo, pero algo queda en las puntas…