El Intruso, Madrid
Fotografías: Miguel Espín Pacheco
Siendo parte de la séptima edición de GPS “Girando Por Salas”, este concierto nos dejó claro porque La Banda Morisca fue seleccionada para ese programa, patrocinado por el Instituto de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), que se dedica a promover las músicas actuales y los conciertos en directo.
El grupo gaditano nos ofreció un espectáculo de casi dos horas, llenando la sala de ritmos ajenos y familiares, rockeros, jazzeros y tradicionales, flamencos, andaluces, árabes: una mezcla de estilos que es un ejemplo perfecto de lo que denominamos “música mediterránea”. Los componentes del grupo, de diferentes proveniencias y experiencias musicales, experimentan con los estilos musicales de una manera que consigue un resultado asombroso, una riqueza de influencias acertadamente reunida en sus canciones. La diversidad instrumental que pudimos admirar en este concierto, así como el canto tan personal y a la vez versátil de Josemari Cala, complementaron esa variedad de géneros, creando un ambiente electrizante, que vibraba con innumerables tonalidades y timbres, los cuales solo se podían seguir en su conjunto, o aún mejor, sentir bailando, como lo hacía la mayoría de los espectadores.
Las vestimentas tradicionales de los músicos, las historias detrás de sus composiciones inspiradas en el repertorio tradicional andalusí, que los músicos contaban con gran sentido del humor y naturalidad, los antiguos romances en la interpretación de José Mari Cala, también cantados a capella llegando el final del concierto, ofrecieron una experiencia inmejorable a todos los que tuvimos la suerte de presenciar ese concierto. Las diversas percusiones creaban unas pulsaciones indescriptibles -aparte de Andrés Tomás Rodríguez en la batería, se agregaron las percusiones de Wafir S. Gibril y Sebastián Rubio, los invitados de lujo con los que contaba La Banda Morisca esta noche-. Destacaban las cuerdas de José Cabral, que cambiaba el banjo por el laúd según se alternaba el estilo de las canciones, sacando lo mejor del laúd en el trágico Romance de la Monja, mientras Antonio Torres añadía melodías hipnotizantes con la gralla interpretando esa preciosa composición con toda su alma.
Los instrumentos del viento lucían esta noche, con abundantes momentos inolvidables, cuando Antonio Torres y Antonio Lizana, el saxofonista talentoso de flamenco jazz y otro de los invitados especiales de la banda, intercambiaban sus improvisaciones en Tú eres zarza y yo me enredo y Rumaykiya. Los solos instrumentales de vientos, cuerdas, batería y percusiones, así como el canto penetrante de José Mari Cala aumentaban las emociones del público en los momentos culminantes del concierto, cuando los componentes de la banda, junto a sus invitados, interpretaron los últimos temas con toda su dedicación y alegría. La Banda Morisca concluyó el último concierto de su gira, con una energía incesante, contagiosa, dejándonos pendientes de sus próximas visitas a Madrid.
