Auditorio Nacional de Música de Madrid, Sala Sinfónica
El Centro Nacional de Difusión Musical, un reducto donde poder escuchar en Madrid lo mejor de una amplia variedad de estilos, organiza desde 2008 el ciclo Andalucía Flamenca con el objetivo de generar nuevos públicos para el flamenco. La apertura de la nueva edición corrió a cargo de Carmen Linares, Mayte Martín y Rocío Márquez, representantes de tres generaciones que mostraron el presente y el futuro del cante.
La magnífica Sala Sinfónica, con una acústica que engrandece todo lo que suena, acogió este primer concierto. La apertura correspondió a Rocío Márquez, ganadora en 2008 de la Lámpara Minera del Festival Internacional de Cante de las Minas. Unas malagueñas viejas de Juan Breva o unas guajiras en homenaje a Pepe Marchena dieron a la joven cantaora la ocasión de lucir su voz excelente y romper el encorsetamiento inicial del público.
El guitarrista Manolo Franco, habitual acompañante de grandes voces del flamenco, respaldó a Rocío Márquez con su gran oficio. La cantaora consiguió poner los pelos de punta con unas siguiriyas de El Viejo de la Isla y dejó claro que no es casual su inclusión en este concierto, ya que está llamada a ser una gran figura, como refrendó el público con un entusiasmo que a veces impedía escuchar los finales de cada pieza.
La segunda parte del concierto correspondió a Mayte Martín, también ganadora de la Lámpara Minera del Festival Internacional de Cante de las Minas y que en la actualidad es una artista total que se aleja de los cánones del flamenco con incursiones en otros estilos musicales, como el bolero y la canción de autor, en los que se mueve con la misma soltura.
Mayte Martín posee elegancia única y una voz de matices infinitos con los que bordó peteneras, fandangos, soleás o guajiras acompañada por Juan Ramón Caro, un guitarrista con un estilo depurado muy acorde al de la cantaora. Con la guajira Mi Mulata, la barcelonesa puso el listón muy alto y mostró su faceta más emotiva, poniendo de nuevo al público en pie.
Cerró la noche Carmen Linares, una de las cantaoras con más proyección internacional en la actualidad, acompañada por Pablo Suárez al piano y la guitarra de Salvador Gutiérrez. Lo suyo es otro concepto del flamenco, muy diferente del planteamiento tradicional de Rocío Márquez o de la riqueza de matices de Mayte Martín, cuya voz es un importante elemento diferenciador. Carmen Linares modifica el planteamiento desde la raíz con instrumentación y arreglos nuevos y un repertorio que encumbra los textos de grandes poetas españoles. Su voz arenosa aporta una expresividad inusual a los versos de Juan Ramón Jiménez, García Lorca o Miguel Hernández, que cobran nueva vida tamizados por su garganta. Bastaron unas alegrías sobre un poema de Juan Ramón Jiménez o unas granaínas sobre los versos de Poeta en Nueva York -en las que Salvador Gutiérrez derrochó maestría- para entusiasmar de nuevo a un público entregado desde el inicio.