Jamboree Jazz. Barcelona.
Paolo Fresu ofreció un concierto cercano, muy en línea con su perfil más lírico y melódico, ideal para disfrutar en las distancias cortas de un club de jazz. El repertorio fue, como el mismo anunció en su correcto castellano, una visita a “las músicas del mundo”, en un ambiente que su buen hacer convirtió, poco a poco, casi en el de una reunión de amigos.
El primer pase del dúo arrancó con una quebradiza versión de “O que será”, de Chico Buarque que fue encadenando sutilmente con la imperecedera “My Funny Valantine”. Le siguieron, entre otras composiciones, una primorosa nana francesa, una “Bésame Mucho” asimétrica y angulosa, “Venerdi” -una delicada balada de Dino Rubino- y la famosa “Caruso”, de Lucio Dalla.
Fresu alternó, como es su costumbre, la trompeta con el fliscorno, imprimiéndoles de vez en cuando algunos efectos electrónicos (de los que quizás en algún momento pudo haber abusado). Rubino, por su parte, solo en último tema del bis dejó el piano por la trompeta para sumergirse en un divertido y dinámico cruce de metales con su compatriota.
Si bien la carga poética del concierto estuvo insuflada principalmente por Fresu, y suyas fueron las improvisaciones de más alto vuelo de la noche, Rubino supo adecuarse en todo momento al clima de la actuación, mostró buenas maneras y dejó un par de solos muy aplaudidos.
Quizás este dúo no marque un hito en la sinuosa trayectoria del trompetista, pero los asistentes al Jamboree se fueron a casa con los oídos felices. Llenos de un jazz gozoso, actual y mediterráneo.
Foto: Paolo Fresu por Sergio Zeni.
Excelente foto, felicitaciones al autor!
Muchas gracias, Fernando.
Un saludo.