Galileo Galilei, Madrid
No se prodiga Pablo Guerrero tanto como muchos querríamos. Por eso había que estar en la presentación de su nuevo disco Mundos de andar por casa.
El disco es doble, por lo que el concierto prometía un gran número de canciones nuevas (que para eso son las presentaciones, para poner en sociedad las nuevas creaciones) y así fue. Pablo Guerrero salió al escenario y con su voz honda y su mirada cálida nos dio la bienvenida a la Casa de las puertas abiertas, canción con la que abre este trabajo. Con su figura alta, enjuta y un poco desgarbada, el cantautor es todo humanidad, un hombre afable y tierno que nos hace sonreír cuando le vemos bailar tímidamente con alguna de sus canciones.
Mundos de andar por casa contiene mucha poesía y unos impresionantes arreglos musicales de Luis Mendo, que ejecuta de forma impecable toda la banda. Títulos nuevos como Rosa de Arena o Campo de habas (donde hizo los coros la pequeña Celia Vallejo) se alternaron con sus canciones más conocidas. Arropadas por el coro del público sonaron Laberinto o la mítica Dulce muchacha triste, que contó con la colaboración de otro maestro, Javier Paxariño, con su flauta mágica de verdad. También del nuevo trabajo vendrían Playa optimista, El granado, Los peces de ceniza y la fantástica Llegaron las cigüeñas, de letra optimista y preciosa, llena de imágenes surrealistas e incluso infantiles.
Antes de una buena ración de bises, sonaba ese himno generacional llamado A Cántaros, que a todos nos emociona. Tanto, que el cantautor Luis Pastor, que estaba entre el público, no pudo resistirse a subir al escenario y cantarla con su compañero.
Del público salieron gritos de “te queremos, Pablo” y es que es imposible no quererle. Cada concierto, cada disco de Pablo Guerrero es una razón más para seguir creyendo en la belleza, pese a todo.
Luis Mendo: guitarras
Santi Vallejo: teclado, trompeta
Christian Pérez: contrabajo
Juan Ferrari: guitarras
Pablo Guerrero: voz
Fotografías: Carlos Monje