Círculo de Bellas Artes. Madrid
El concierto estuvo basado en el repertorio del último registro discográfico del contrabajista, el muy recomendable El caminero (2011) y en algunos temas que planea grabar próximamente. Estos últimos enseñaron una saludable continuidad con respecto a los trabajos anteriores, profundizando en ese jazz con ligeros perfumes latinos y flamencos que tan bien ha transitado siempre este colaborador habitual de artistas como Gerardo Núñez o Chano Domínguez.
Difícil encontrar unos compañeros de viaje más apropiados para este proyecto: el siempre en forma Perico Sambeat, muy inspirado a los saxofones alto y soprano, Toni Belenguer (¿por qué nuestro jazz no tiene más trombones como éste?), Moisés Sánchez, pianista de una extraordinaria proyección y Michael Olivera, un joven baterista cubano que está irrumpiendo con fuerza en la escena madrileña.
Especialmente celebradas, dentro de un estupendo nivel general, fueron piezas como la vitalista El republicanón (con destacados solos de Sambeat y Sánchez), El trece de la suerte con su riqueza de ritmos, la fogosa El Caminero, Emunah (muy intimista, con Belenguer llevando con magia la melodía tras una delicada introducción de piano) y las inéditas OFNI y Es lo que hay.
Así, la música avanzó contagiosa, en una noche redonda, por caminos con una personalidad propia, ricos en composiciones, arreglos e interacciones. Los caminos de Caminero.
Texto y foto: Sergio Zeni.