Lorient, el festival de festivales. Segunda parte

26/08/2012 - Kontxi Diez
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Varios - 26-08-2012
Lorient. Bretaña (Francia)
Tras la resaca del primer fin de semana del Festival Intercéltico de Lorient, la región canadiense de La Acadia celebró el lunes 6 su gran noche, con una selección de artistas que incluyó al guaperas Roch Voisine, La Virée y las geniales violinistas Lisa Leblanc y Dominique Dupuis, presentando esta última su cuarto disco tras numerosas visitas al festival.
Tejedor

En el Grand Théâtre se pudo ver a Vertigo, proyecto instrumental en torno a las músicas tradicionales del centro y sur de Francia lanzado este invierno desde el centro Amzer Nevez. Creado por el dúo Eric Montbel (gaita francesa) y Bruno Le Tron (acordeón diatónico), con músicos llegados de lejanas tierras, el grupo invitó en esta ocasión a la popular y carismática cantante bretona Marthe Vasallo, quien según dicen experimenta sin miedo, para interpretar un repertorio bretón, francés y occitano, acompañado de acordeón diatónico, gaita, flauta, saxo, clarinete, contrabajo, guitarra, percusión y vibráfono.
Xera llegó de Asturias para ofrecer su espectáculo, en esta ocasión en el Palais des Congrès, aunque tocaría en varios escenarios a lo largo de la semana. Su tercer larga duración tras su formación en 2004, Llume, sigue persiguiendo según nos cuentan realimentar el sentir musical y cultural asturiano con un nuevo enfoque. El interculturalismo al que se acogen con su símbolo, representa la unión de pueblo y tierra. El estilo musical de Xera surge como consecuencia de la combinación de electrónica (más aún en este último disco) con sonidos radicalmente acústicos heredados del folk. Es sin duda una propuesta novedosa.
The Bonny Men, el estupendo y joven grupo irlandés formado en enero de 2011 que siguió a Xera en el Palais, animó el ambiente con nota alta. Jigs y reels combinados con los temas lentos en la bonita voz en gaélico de Íde Nic Mhathúna, acabaron levantando del asiento al ligeramente frío público de la sala.
El día siguiente comenzó con la master class de gaita de la mano de Jose Tejedor en el Palais. Y sería por la noche cuando los hermanos asturianos desplegarían todo su poder en el teatro. Tras haber recorrido el mundo participando en los más importantes eventos del globo, con muchas entradas vendidas, supusieron una dura competencia a la celebración de los 60 años de la gran banda bretona Lann Bihoué, que llenaría el Espace Marine al mismo tiempo. Para este concierto se invitó a un elenco importante de grandes artistas. Silvia Quesada es la bonita voz que acompaña actualmente a la banda tras la retirada de Eva (esperamos que temporal, le deseamos una rápida recuperación). Alberto Ablanedo es el potente bouzoukista habitual, e Iñaki Plaza y Kepa Calvo pusieron el toque vasco a la noche con sus txalapartas de madera y piedra. Y desde Irlanda, la participación estelar de Niall Vallely a la concertina y Karan Casey a las voces. ¡Qué pareja!, cada uno en lo suyo son verdaderos maestros y siempre es un auténtico placer escucharles. El conjunto (formato completo) se redondeó con la banda de gaitas de Villaviciosa, que aumenta si cabe la intensidad del genial tema Gaites del infiernu. Los temas cantados por Silvia, como Andolina o Una Muyer gustaron mucho. Karan cantó temas propios y el bis, como no podía ser de otra manera, comenzó con el genial Floréu de Remis (homenajeado el pasado año en el festival) de la mano de Jose. Magnífica propuesta.
El miércoles 8 fue sin duda la jornada de Frankie Gavin y De Dannan. Tras registrar Alec Finn el nombre de De Danann tras la separación de la banda hace ya casi 10 años, la polémica aún colea. Llegados desde Irlanda, hicieron una buenísima entrada en el gran escenario del Espace Marine. Protagonista incontestable del día, Frankie es, según muchos, el violinista más talentoso de Irlanda y, según el libro Guinness de los récords, el más rápido del mundo. Referencias jazzísticas a Grapelli, con quien, según explicó, tuvo el placer de trabajar, magníficos temas de O’Carolan, los habituales jigs y reels de ritmo endemoniadamente bueno y preciosas baladas con la encantadora Michelle Lally a las voces. No frontiers (muy bien, pero aún a distancia de Mary Black) y temas más alegres como Irish Molly al final. Una canción aprendida de Dolores Keane y otra de Edith Piaf nos dejaron a todos suspendidos en una nube. Absolutamente genial.
Frankie GavinEl grupo que le siguió hubiera requerido retirar las sillas. Afro Celt Sound System, tras unos primeros discos muy atractivos, se ha africanizado mucho y la electrónica tiene demasiada presencia. La media de edad bajó considerablemente y animó a bailar en los laterales del espacio que quedó. La cora y los tambores africanos se mezclaron con las baterías y la tecnología moderna.

Afro Celt Sound SystemEl día siguiente, jueves 9, comenzó con una simpática master class de gaita Highland bagpipe en el Palais des Congrès, con el chistoso Fred Morrison como maestro de ceremonias. Gustó, fue interesante y se dieron todo tipo de explicaciones, como las diferentes formas de librarse de la humedad en la bolsa.

Y sería en el Espace Marine por la noche, con escaso público desgraciadamente (aunque muy agradecido) cuando el espectáculo Jai Galai se desplegaría en todo su esplendor. El gaitero gallego Xosé Manuel Budiño, artista atípico y gran defensor de la innovación musical, explicó por la mañana que ésta era su octava visita al festival, un recorrido que comenzó con 15 años, desfilando por las calles de Lorient. El show constó de tres partes bien entrelazadas. La primera fue la parte más personal del gallego, con temas más y menos nuevos, como Nos, Paralaia, Arredor y A fonte da pedra. Luego llegó otra absolutamente vasca, con trikitixa, txalaparta, pandero y teclado, de la mano del gran embajador del acordeón diatónico en Euskadi Kepa Junkera, interpretando temas como Huriondo, Arin Arin, Odolaren Boza, Berhueta y Zolloko San Martinak. Y en tercer lugar, una unión perfecta de Galicia y Euskadi, con ambas bandas al completo, interpretando temas de uno y otro, como Bok Espok o Compostela, y gran final con Gaztelugatxeko Martxa. Público en pie al cabo del espectáculo, demostrando el reconocimiento de la maestría de ambos.
 
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