“Las rutas de la esclavitud”. Jordi Savall, Músico de músicos

12/03/2018 - Álvaro Feito
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Jordi Savall - 7/03/2018
Auditorio Kursaal. Donostia-San Sebastián
Una magna obra narrativo-musical que ilustra la vergonzosa historia de la trata de esclavos negros.
Savall

Cita histórica en el Kursaal de San Sebastián: el genial músico, director escénico e investigador artístico Jordi Savall, representante ilustre de esa Catalunya que tantos se empeñan en negar, presenta su magna obra Las rutas de la esclavitud, una contribución impagable de carácter histórico, filosófico, sonoro (tradicional y plenamente moderno, al mismo tiempo) encaminado a hacer un mundo mejor a través del conocimiento, la sensibilidad y la empatía hacia los pueblos oprimidos, simbolizados en la ignominiosa historia de la trata de esclavos negros.

Así, Jordi Savall se configura, una vez más (y ya van muchas) como un verdadero “músico de músicos”, un maestro de maestros, uno de los artistas contemporáneos (no solo europeo u occidental) más preclaros, inspirados, solidarios, eruditos, sensibles de todo el ancho y vasto mundo. (“Mira, el mundo es pequeño si no tienes corazón”, dijo él; “el mundo es muy grande si tienes corazón”. Llan de Cubel, el gran grupo “folk” asturiano en su álbum memorable “De un tiempo meyor”, 2004).

Las rutas de la esclavitud -recordemos: magnífica obra discográfica/literaria, con una presentación gráfica de quitarse el sombrero, dos cd’s, dvd y libreto acompañante en francés, inglés, catalán, alemán, italiano y castellano. Se estructura a través de múltiples recitados que contextualizan la cronología de los hechos narrados.

Comienza con la “Crónica del descubrimiento y la conquista de Guinea”, a cargo de mercaderes y marinos portugueses (1444) y se ilustra con música tradicional de Mali, un tema brasileño de tradición africana y una melodía Romanesca a la guitarra.

Recitado 2: 1505. El 15 de septiembre el rey Fernando el Católico escribe una carta a Nicolás de Ovando, con citas sonoras de Mateo Flecha, el Viejo (son jarocho), el tema anónimo maliense La Negrina y el canto de griot Manden Mandinkadenou.

Recitado 3: 1620. Los primeros esclavos africanos llegan a las colonias inglesas, sobre el fondo musical de melodías brasileñas populares, el Canto de Guerreiro, un son tradicional de Colombia y el Canto sacro Velo que bonito o San Antonio.

4: “1657. Richard Ligon publica en Londres ‘A true and Exact History of the Island of Barbadoes”- Ecos tradicionales procedentes de Escurinho y Ciranda (Brasil), de Puebla (México) y la “negrilla” Tambalagumbá.

Recitado 5: 1661. Los castigos de los esclavos contemporáneos en el ‘Código de la esclavitud de Barbados’. Se escucha Follow the drinkin gourd, canción de esclavos norteamericana, seguida de los sonidos hipnóticos de la kora y el oud.

Recitado 6: 1685. El ‘Código Negro’, promulgado por Luis XIV, se mantiene vigente hasta 1848. Se oye el canto de griot Sinanon Saran y otro anónimo de Mal.

8: 1772. Raynal, historia filosófica y política de los asentamientos y el comercio de los europeos en las dos Indias. Maracatu y sambas brasileiras.

9: 1782. La esclava Belinda solicita al Congreso de Massachusetts una pensión. “Simbo (canto de griot) y otro anónimo.

Recitado 10: 1848. Decreto de abolición de la esclavitud. Músicas ad hoc: anónima, Códice Trujillo (Perú y Bolivia) y Tonada El Congo: A la mar me llevan.

11: 1885. Carta de Abrahan Lincoln a Joshua, amigo personal y propietario de esclavos en Kentucky. Subrayado: la célebre canción espiritual Amazing grace.

Y 12. Conclusión: 1963: ‘Por qué no podemos esperar’, de Martin Luther-King. Con una canción de esclavos estadounidense, Another man done gone, un anónimo maliense y, para finalizar, cómo no, un canto de griot, concretamente el titulado Touramakan.

Las rutas de la esclavitud quedará para la posteridad como una obra decisiva, estimulante, adelantada a su tiempo, necesaria y sorprendente. Una obra que combina música popular/tradicional con elementos de autor y de nueva elaboración, con predominio -afortunadamente- de las primeras. Para Jordi Savall las divisiones entre popular y clásico no tienen sentido y son artificiales, además de estar obsoletas. Todo su trabajo se basa en esa premisa. Ha indagado en las músicas de Oriente, del Medievo y del Renacimiento, se ha acercado hasta la “Ruta de la Seda” y a conocer a fondo la cultura musical de Venecia. Próximamente, en Fès (Festival de las Músicas Sagradas) estrenará otra partitura sobre los recorridos del viajante pionero hispano-marroquí Ibn Batuta.

Jordi Savall no para. Y nosotros que lo veamos.

INTÉRPRETES:

Jordi Savall (viola de gamba, director musical). La Capella Reial de Catalunya. Hesperion XXI. Tembembe Ensamble Continuo. Mali: Kassé Mady Diabaté (canto), Ballaké Sissoko (kora), Mamani Keita, Tanti Kouyaté, Nana Kouyaté (coristas). Madagascar: Rajery (valiha). Marruecos: Driss el Maloumi (oud). México-Colombia: Ada Coronel (vihuela, wasá, danza y canto). Leopoldo Novoa (marimbol, Marimba de chonta y triple colombiano), Enrique Barona (vihuela, Leona, Jarana, Quijada de caballo, danza y canto), Ulises Martínez (violín, vihuela, danza y canto). Brasil: María Juliana Linhares (soprano), Zé Luis Nascimento (percusión). Argentina: Adriana Fernández (soprano). Venezuela: Iván García (bajo). Recitador Emilio Buale. Selección, adaptación de los textos y de la cronología: Sergie Grau y Manuel Forcano.

 

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