Diariofolk

Cuando pasadas las nueve y media se inició el concierto, las temperaturas habían caído casi a los diez grados. Diez grados de agosto que se sentían como cuchillos que no impidieron que la Plaza Mayor recibiera a El Naán con una asistencia masiva. Carlos Herrero arrancó con ‘El Canto de Siega’ acompañado a los coros con Aliboria. Desde ahí, hasta ‘Las Panaderas’ con las que finalizó el espectáculo fueron dos horas de momentos fascinantes y únicos.

‘La Celtibérica’ es un experimento sonoro de encuentro entre tradiciones musicales diversas que, trenzadas sobre la raíz y la poesía, fue capaz de generar sensaciones únicas sobre el escenario de la Plaza Mayor de Palencia. Una docena de intérpretes sobre las tablas. El Naán al completo, con Carlos, Héctor y María al frente ofreciendo esa riqueza de texturas y miradas que hace tan único al grupo del Cerrato; Aliboria con las voces únicas de las hermanas Alejandra, María y Andrea Montero, capaces de adentrar al público en espacios sonoros ancestrales, las percusiones de ese maestro que es Xosé Lois Romero que engrandece aquello que toca y la presencia del guitarrista y teclista Juanma Latorre, de Vetusta Morla, que creó una atmósfera sonora desde lo contemporáneo que daba luz y cohesionaba a todos los elementos del conjunto.

A pesar de ser todos los mimbres conocidos, la sonoridad de ‘La Celtibérica’ fue una sorpresa mayúscula. Un encuentro casi visionario fraguado y cocido a fuego lento durante la gira de Vetusta capaz de caminar solo, de cobrar vida propia y generar diálogos entre diferentes tradiciones musicales de manera fructífera.

Una mirada de encuentro musical desde la tradición musical, pero cimentada y estructurada desde lo poético, pues a los poemas del gran poeta del Cerrato, Héctor Castrillejo, se fueron sumando versos de Manuel Rivas o Miguel Hernández, con la musicalización de su poema ‘La llaga perfecta’, que estrenaron en directo, poniendo los pelos de punta a toda la Plaza Mayor. Pero también hubo espacio para Lorca, con esa versión tan especial que hacen Aliboria de ‘La leyenda del tiempo’ o la cita que hizo el propio Héctor a Machado antes de iniciarse ‘Las Panaderas’.

Si citaron a Miguel Hernández y el camino ominoso que hizo el poeta desde la estación de Palencia hasta su prisión en 1940, también hubo espacio para reivindicar las culturas campesinas de cualquier lugar del mundo, recordar el cementerio en el que estamos convirtiendo el Mediterráneo, o hablar de la situación de muchos países latinoamericanos. Las palabras de El Naán no son vacías, ni sus versos vanos, y ‘La Celtibérica’ viene cargada de potencia simbólica.

Para el recuerdo de la noche palentina, el duelo a garrotazos (musicales) entre Carlos y Xosé Lois, que se saldó con una garrota volando, miles de palentinas y palentinos bailando la muñeira de Ons con Aliboria, o una Plaza Mayor de una ciudad en fiestas guardando silencio para escuchar unos versos.

‘La Celtibérica’, cumplió la promesa de ser una fiesta de folklore, rito y encuentro de tradiciones musicales ibéricas, pero fue bastante más, fue la demostración de que la buena gente es capaz de escucharse, de comprenderse, de bailar y celebrar juntos, de trenzar caminos y que en la marmita de los sonidos, como dijo Héctor Castrillejo, citando a Agapito Marazuela, en esta noche única, fría por fuera y caliente por dentro “la pureza más pura es una mezcla olvidada”.

‘La Celtibérica’ se presentó en la Plaza de Mayor de Palencia la noche del 24 de agosto de 2024 dentro del programa de las fiestas de San Antolín. Con Carlos Herrero, Adal Pumarabín, Héctor Castrillejo, César Díez, María Alba, Javier Mediavilla, César Tejero, Xosé Lois Romero, Alejandra Montero, María Montero, Andrea Montero y Juanma Latorre.

Texto y fotos Jose An. Montero – La Circular