Jamboree Jazz. Barcelona
Entre las actuaciones que ofreció, a finales de julio y principios de agosto, en París y Londres y las que dará en septiembre en Nueva York (seis noches en el Blue Note), Jerry González está de gira por España (Barcelona, Madrid, San Lorenzo de El Escorial, Pamplona…) enseñando su arte. En sus presentaciones en el Jamboree de la Ciudad Condal, le acompañaron sus colegas Javier Colina (contrabajo) y Marc Miralta (batería), con quienes ha compartido diversos proyectos como la grabación de su reciente Tribute to the Fort Apache Band (Youkali Music, 2014).
Con su aspecto aparentemente desvalido, escondido como de costumbre tras unas gafas oscuras y uno de sus sombreros, el neoyorquino tocó toda la noche sentado en su cajón –al que recurrió ocasionalmente entre la trompeta y el fiscorno– perfectamente arropado por Colina y Miralta, una dupla que a estas alturas ya se entiende telepáticamente. Jerry González, que parece encarar cada tema como si en él pusiera sus últimas fuerzas, volvió a demostrar que la etiqueta latin jazz ya hace tiempo que se le quedó pequeña. El estilo de aquel apache del Bronx puede volar hoy en múltiples direcciones. En un concierto que fue de menos a más (los músicos se tomaron su tiempo para encontrar su mejor sintonía) el trío fue improvisando sobre standards que conocen como las palmas de sus manos y encontraron sus momentos más luminosos cuando se recostaron sobre sus vertientes más melódicas y latinas.
El pase no fue muy largo pero fue recibido como agua de mayo en la sequía cultural de este agosto barcelonés en el que se echan en falta más propuestas como las del ecléctico Festival Mas i Mas.