Café Central, Madrid
Los hados se confabularon en la primera noche del ciclo para convertirla en una velada especial para los amantes del jazz. Por un lado, la amenaza de cierre -cada vez más cercana y al parecer inevitable- que se cierne sobre este lugar emblemático para la cultura europea y para el jazz en particular. En noches como estas se puede comprobar el enorme valor que tiene el Café Central para la música. En este local se han pergeñado, curtido y consolidado proyectos, grupos y artistas de primer nivel de nuestro jazz. Skytrain, la banda de Chacón y Díaz, de la que ambos pueden estar muy satisfechos, es una muestra de esta trayectoria envidiable.
Paradigma de la mejor música que se está haciendo actualmente en nuestro país, Skytrain es una banda muy sólida capitaneada por dos músicos de primera línea. Joaquín Chacón lleva más de 25 años de carrera como guitarrista y compositor, y ha firmado ya una decena de discos, además de colaborar en grabaciones de otros artistas. Actualmente es profesor de la Escuela de Música Creativa de Madrid y de Musikene, Centro Superior de Música del País Vasco. El argentino Mariano Díaz ha grabado dos discos con su propio cuarteto y toca habitualmente con músicos como Perico Sambeat, Jorge Pardo, Marc Miralta, Gerardo Núñez o Paolo Fresu.
Ambos músicos han unido sus talentos en este quinteto que anoche presentaba su segundo disco, un torrente de energía del mejor jazz rock que recupera los sabores perdidos de formaciones como Weather Report, Mahavishnu Orchestra o los más cercanos Iceberg o Pegasus. La banda se completó con el reputado bajista Víctor Merlo y dos jóvenes músicos: Carlos Martín, un sólido trompetista y sobre todo un trombonista todoterreno, y el baterista César de Frías, que aportan una energía muy adecuada al estilo más rockero de la formación.
Cuando la banda despliega toda su artillería y consigue la unión perfecta entre jazz y rock es cuando más nos gusta. En esta serie de conciertos, el trombón añade una contundencia extra a diferencia de las grabaciones, donde el espacio de los metales está reservado a los saxos.
La actuación despegó con Skytrain, el tema de Díaz que da nombre al primer trabajo y desde ahora también al grupo, un arranque enérgico que ya presagiaba el ritmo de la noche, una avalancha de jazz rock sin contemplaciones donde los músicos dieron rienda suelta a su energía, quizá retenida en otros proyectos más ortodoxos.El repertorio de una grandísima calidad, con temas memorables, alterna composiciones de Chacón –como las excelentes Notas discordantes, The Skin, Boundaries of conciousness– y de Díaz –como la fantástica Yotsuya Station, quizá lo mejor de la noche- e incluyó el estreno de una composición todavía sin nombre, aunque el guitarrista prometió que lo tendría antes de terminar esta semana de actuaciones en el Café Central.
Skytrain viene a cubrir un hueco poco explorado en las últimas décadas en nuestro jazz, y lo hace de forma fantástica, disfruta con ello y lo transmite. Un grupo a la altura del templo que los acogió y que deseamos que los pueda acoger en más ocasiones.