Inti-illimani + Quilapayún: Música en la memoria

27/05/2014 - Fernando Marinelli
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Inti-illimani + Quilapayún - 22-05-2014
Teatro Ópera. Buenos Aires
Dos de los grupos más emblemáticos de la canción testimonial latinoamericana confirmaron la vitalidad de su música en una noche cargada de recuerdos y emoción.
Inti-Quila 500

Para los numerosos asistentes al Teatro Opera de Buenos Aires, la noche del jueves 22 de mayo debe haber sido un acontecimiento inolvidable. No era para menos: allí estaba la oportunidad de ver sobre un mismo escenario, juntas por primera vez en esa ciudad, a las dos agrupaciones emblemáticas de la canción testimonial chilena de raíz folklórica, indisolublemente ligadas a la resistencia contra las dictaduras que asolaron a Sudamérica en los años 70. Y para confirmar la trascendencia de esa noche, allí estaban, cuando se corrió el telón, todos los integrantes de Quilapayún e Inti-illimani: catorce músicos reencontrándose con sus seguidores incondicionales y dispuestos a desplegar ante las nuevas generaciones el amplio abanico de los ritmos latinoamericanos.
Ambas agrupaciones nacieron en uno de los momentos de mayor efervescencia cultural y política del Cono Sur y se convirtieron en referentes de la nueva canción chilena en el mundo. El golpe militar que derrocó al presidente Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973 las sorprendió de gira: los Quila en Francia y los Inti en Italia, y no pudieron regresar a su patria durante dieciséis años.
En 2004, después de varios cambios de integrantes y sendas disputas legales por la posesión de los nombres, tomaron la decisión de juntarse en su país para celebrar tres conciertos en un lugar cargado de simbolismos: el estadio Víctor Jara (ex Estadio Nacional de Chile), donde fueron torturados y asesinados miles de sus compatriotas. Dieciocho mil personas asistieron a esas presentaciones, cuya emotividad quedó plasmada en un CD y un DVD con el título de Música en la memoria.
Bajo este mismo lema, que los músicos chilenos explican como una suerte de homenaje al ex presidente Salvador Allende, al poeta Pablo Neruda y al músico y dramaturgo Víctor Jara (quien fuera director artístico de Quilapayún en sus orígenes), se presentaron en Buenos Aires, como parte de una gira por varias ciudades de la Argentina y el Uruguay.
El show despegó con América novia mía, de los Inti Illimani, pero recién comenzó a tomar temperatura, pasado el estupor iniciar, con el tercer tema, Simón Bolívar, de inconfundible ritmo venezolano. A partir de la cuarta interpretación, Canto para matar a una culebra, los músicos se fueron alternando en el escenario hasta ofrecer -con diferentes formaciones- un total de treinta canciones más dos bises, que mostraron a los integrantes más veteranos en excelente forma y a los más jóvenes con una calidad que no les va a la zaga.
Así se fueron sucediendo, entre otras, Drume negrita, el inolvidable tema del cubano Eliseo Grenet que popularizara Bola de Nieve, en una delicada y despojada versión; Cándidos, con su simpática rima esdrújula; Un son para Cándido Portinari, con aires tangueros a cargo del acordeón; el clima de misa pagana de Plegaria a un labrador; las siempre vigentes Qué dirá el Santo Padre, de Violeta ParraEl aparecido y El cigarrito, de Víctor Jara; las conmovedoras Vamos mujer y la Canción final de la Cantata Santa María de Iquique; el conjuro de Malembe; y hasta un corrido de la revolución mexicana, Carabina 30-30.
En un repertorio pertinentemente matizado con bellos temas instrumentales no faltaron tampoco las canciones de ritmo bailable, como la cumbia Juana la cubana; la peruana Samba Landó; y Tío Caimán, una abierta alusión al imperialismo norteamericano; ni tampoco clásicos como La muralla. Hasta llegar al cierre previsible y esperado por el público, que se sumó al estribillo entre vítores a poetas y patriotas chilenos en ese auténtico himno que es El pueblo unido jamás será vencido. No faltó incluso el humor, que quebró en varias ocasiones la solemnidad de los tradicionales ponchos negros de Quilapayún, como cuando uno de sus integrantes recitó: “Si usted cree que haber venido a ver este recital valió la pena, está completamente equivocado… y si usted cree lo contrario, también”.

Hace poco tiempo, en su edición del 8 de marzo de este año, Clarín comentaba el concierto de Joan Báez en Buenos Aires con el incisivo título “Museo de la revolución”, y cerraba la nota calificando (o mejor dicho, descalificando) a su obra como “música de museo: homenaje a las revoluciones que superaron con creces su fecha de vencimiento”. Probablemente algunas canciones de Quilapayún e Inti-illimani no hayan logrado superar el paso del tiempo, pero son las menos. Si dejamos esa canciones de lado y observamos a estos dos grupos a la distancia, con una mirada despolitizada y desideologizada, veremos lo que realmente ha quedado después de tantos años: un colectivo de músicos y cantantes de excelente calidad y la intacta belleza de su música.

Hay 8 comentarios. ¿Quieres dejar el tuyo?

    • Fernando

      Gracias, Patricia!

       
       
  1. graciela quezada

    gracias pro el profesionalismo, la cultura de america seguira presente mientras artistas como ustedes sigan presentes…,..de mi padre conoci a VIOLETA PARRA, , VICTOR JARA, ,y algo de la historia de su patria ,..y por un amigo a ustedes ,..solo gracias fue espectacular lo del opera ,…

     
     
  2. Tanya

    “una mirada despolitizada y desideologizada” ¿Por qué? Si justamente eso hace la riqueza de sus canciones.

     
     
    • Fernando

      Estimada Tanya:
      En efecto, la observación de las injusticias sociales y su denuncia hacen a la riqueza de una canción. Sobre todo si lo que denuncian sigue existiendo. Pero no es el único parámetro para evaluarla. A mi modesto entender, también se debe evaluar la estructura y el vuelo poético de las letras, así como la calidad de la composición, de los arreglos y de la interpretación. Creo que esas son las canciones que trascienden en el tiempo.

       
       
  3. Estimado colega: No es la primera vez que el colectivo Inti + Quila se presenta en Buenos Aires. Hizo lo propio hace diez años en el vecino Teatro Gran Rex. En esa oportunidad estuvieron presentes los músicos Horacio Durán y Jorge Ball, quienes no formaron parte del reciente espectáculo. Saludos desde Argentina.

     
     
    • Fernando

      En efecto, Hugo, acabo de chequear la información y confirmo tu comentario
      en un reportaje publicado por el diario Página/12 de la Argentina:
      http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/3-32300-2014-05-22.html
      Mi involuntario error se debió a la información proporcionada por los organizadores de este concierto, que decía textualmente: “Las 2 agrupaciones mas emblemáticas de la nueva canción chilena se encuentran por primera vez en un escenario de nuestro país”.
      Como atenuante puedo decir que en la citada entrevista, Eduardo Carrasco, de Quilapayún, afirmaba: “Igual, creo que en aquel concierto de hace diez años en Buenos Aires no pasó lo que esperábamos. Algo hubo en la organización, no sé, y pasó un poco inadvertido.”
      Gracias por tu colaboración y acepto la errata.

       
       

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